lunes, 25 de agosto de 2014

Salida a Arganda, Valdilecha y Carabaña - 24/08/2014






Participantes, 10:
De izquierda a derecha: Adolfo, Antonio Tapia, Manolo Millán, Gorgonio, Jose M. Manquillo, Juan Carlos López, Jose Vicente, Gregor y Sanda. Olvidamos la foto en Carabaña y nos la hicimos al llegar a Valdemoro. Falta Juanito Barragán que se quedó en Ciempozuelos para marchar a Borox:



Día soleado con temperatura fresca al salir, 14º, y calurosa al regresar, 34º. Viento del NE que nos dio de cara hasta Carabaña y a favor a la vuelta.
De salida faltó Manolo, que sigue perezosillo, y salió al encuentro, hecho que se produjo entre Tielmes y Perales.
Ritmo tranquilo hasta Arganda, tirando en cabeza un servidor acompañado por Jose Vicente hasta el Jarama y  por Antonio hasta Arganda.


 En Arganda empezó la primera subida y me fui unos metros por delante para fotografiar la grupeta. Ya se habían quedado los MInaya y Barragán. Yo pagué después este atrevimiento:


Tras la pequeña bajada y antes de comenzar la subida a Valdilecha, Jose Vicente y yo esperamos al trío retrasado para evitar despistes. Los demás ya iban por delante. En la imagen, los Minaya empezando la cuesta de Valdilecha con Arganda al fondo:

 Nos hemos reagrupado y marchamos hacia Valdilecha entre campos segados de cereal, típico paisaje de la campiña sur madrileña. Cuanto se añora el verde del norte. En la foto, Adolfo y Barragán:


Tras el rápido descenso a Valdilecha callejeamos por el pueblo buscando el desvío a Orusco. Manquillo en la imagen:


Hemos comenzado la corta pero dura subida a Orusco, con dos kms al 8%, subida de gran belleza, por discurrir junto a un frondoso pinar. Al fondo queda Valdilecha y los Minaya, ya descolgados:


 Por delante se van Manquillo, Tapia, Juan Carlos y Adolfo. Tras ellos Jose Vicente y un Barragán que se resiste a perder la rueda de Jose Vicente. Algo detrás un servidor; en esta subida no fui capaz de pillar a Barragán, muy concentrado en no dejarse coger:


Coronada la subida, Manquillo y Tapia bajaron en busca de los Minaya, a los que preceden en esta imagen:


Comenzamos el descenso a Carabaña con Adolfo, Barragán, Manquillo y Juan Carlos adelantados. Tras ellos Tapia, en la foto, y yo. Un poco rezagados, los Minaya:


Parada en Carabaña, donde algunos expresaron la belleza del recorrido que realizábamos hoy, cosa que agradezco. Tras el avituallamiento, salida tranquila hacia Tielmes:


Pasado Tielmes encontramos unas paredes verticales en este valle del Tajuña en las que hay unas curiosas cuevas que, según he leído, fueron excavadas en la Prehistoria, entre el Paleolítico y el Neolítico, aprovechando las facilidades que dan estos terrenos formados por margas y yesos, cuya falta de dureza permite trabajarlos. La fértil vega del Tajuña y la situación de estas paredes orientadas al cálido sur, hicieron prosperar asentamientos humanos en esas épocas, de los que nos quedan estos vestigios:



Pasado Perales nos pusimos en cabeza Antonio y yo, con un ritmo que fue en en aumento al ir apareciendo en el horizonte "presas" a cazar:


 Fue entre Perales y Tielmes por donde apareció Manolo y se unió a la grupeta. Aquí le vemos entrando en Morata junto a Jose Vicente:


 Tras Morata, se pusieron en cabeza Manquillo, Juan Carlos, Jose Vicente y Tapia. El ansia contenida estalló y comenzamos a rodar entre 40 y 50 km/h, con medidos relevos que se daban los antes citados. En la foto, Jose Vicente progresando por la izquierda hacia la cabeza, para dar uno de sus zarpazos:


Y Manolo, que venía a mi rueda, tras el cual no hay ni rastro de los Minaya y Barragán, que tiempo ha se habían quedado. La sonrisa picarona de Manolo denota el "estiramiento de cuello" con el que nos estaban fustigando los capos:


En Titulcia paramos a esperar y nos reagrupamos. Juntos alcanzábamos Ciempozuelos y comenzamos a subir la cuesta a buen ritmo, ya con más de una centena de kms, como se ve en la foto:

 Pero alguien dijo que si Gorgonio iba en este grupo es porque se iba muy "flojito", y Tapia tuvo la "feliz" idea de subir dos puntitos, con lo cual ocurrió esto:


Arriba hubo que esperar de nuevo a los Minaya y juntos pusimos rumbo a Valdemoro. En la foto, Tapia afrontando el repecho de Rompecubas:


Yo me puse en cabeza, con plato, por si a Sanda se le "ocurría" disputar el Gran Premio de la Glorieta. ¡Vaya si tenía ganas! Se me pegó como una lapa. Decidí ir subiéndole el ritmo poco a poco hasta que se soltó. Y me llevé el gran premio.
Y esto fue cuanto dio de sí la salida, muy agradable desde mi punto de vista.

PRÓXIMA SALIDA:



DIA 31/8/2014   RUTA A PANTOJA               

SALIDA: 8h.
KMS. 102
DESNIVEL: 649 m
PARADA: YUNCOS

RECORRIDO:

VALDEMORO                                                         0
CIEMPOZUELOS                                                   8
CRUCE DE LA REINA                                          16
ARANJUEZ                                                             22
CUESTA DE ARANJUEZ                                      28
CRUCE CARRETERA DE TOLEDO                   30
CRUCE DE AÑOVER                                            42           
AÑOVER DE TAJO (exterior)                              51 
ALAMEDA DE LA SAGRA                                   54
PANTOJA                                                               57
YUNCOS                                                                64
CEDILLO DEL CONDADO                                 70
EL VISO DE SAN JUAN                                       73
CARRANQUE                                                         78                
GRIÑON                                                                  83
TORREJON DE VELASCO                                  92
VALDEMORO                                                       102                                

viernes, 22 de agosto de 2014

Marcha Perico Delgado 2014 - 16/08/2014




Participantes, 4:
Antonio Tapia, Juanma, Adolfo Arcicollar y Juan Carlos López.
Adolfo tuvo que volverse en Rascafría por asuntos familiares. Esperamos que no fuera por nada malo.

 Chapeau por ellos!!!!!!!

Crónica de Antonio:

Me levanto ¡¡¡a las 4!!! Los PericoBoys de este año, hemos quedado a las 5.15 en el Astronauta para ponernos en marcha, y antes hay que desayunar correctamente. Todos somos puntuales e iniciamos el viaje a la hora prevista. Unos minutos antes de las 7 de la mañana, estamos frente al Pabellón Pedro Delgado Robledo.
Al bajar del coche para acercarnos a por los dorsales, nos arrepentimos todos de no haber llevado abrigo de invierno. ¡Joder, qué frio! No hay más de 12°, y esta no es temperatura para vestir de corto. Pero bueno, seguro que lo que nos espera nos hará entrar en calor.
Una vez numerados, subimos en las burrillas y, hacia el Acueducto. Frio y más frio. Me pongo el cortavientos que he traido para cubrirme en las bajadas, pero sigo pajarito. Las mandíbulas de Juan Carlos parecen castañuelas en plena Feria de Abril. Juanma se estira los manguitos como si con eso fueran a calentarle más.




 Pero aun nos queda lo peor: llegamos al Acueducto a la 7.45 aproximadamente, pero entre homenajes, consejos, indicaciones y que a Perico se le han pegao las sábanas, la salida no se produce hasta pasadas las 8.10. Esos 25 minutos parado a la sombra, hacen que se me escape el pis como si fuese una madre recien parida. ¡¡Vamonos yaaaaaa...!!
¡Por fin! Cuenta atrás y nos ponemos en marcha. Primero andando despacito y luego con un pie encalado en el pedal. Después de unos metros ya rodamos con normalidad. Miro a mi alrededor para localizar a mis compañeros, pero sólo veo a Juanma. Espero que él tenga ubicado a Juan Carlos. Pero cuando consigo acercarme a él y le pregunto, me dice que no sabe dónde está. ¡No puede ser! ¡Si hemos salido juntos!
Rodamos muy despacio para poder ver a nuestro compañero. La gente nos pasa sin cesar. Pero Juan Carlos no aparece. Entre esta marabunta de ciclistas, ya no sabemos si viene por detrás o ha pasado hacia adelante y no le hemos visto. Seguimos rodando muy despacio, pero cuando llegamos a La Granja, decidimos coger ritmo e integrarnos con los ciclistas que nos siguen adelantando. Cuando coronemos Navacerrada, llamaremos para ver si nos podemos reunir.
Los kilometros que hay desde La Granja hasta el rio Eresma son puñeteros. No son puerto propiamente dicho, pero castigarse demasiado manteniendo el ritmo de algún grupo que no interese, puede pasar factura en Las 7 Revueltas. Juanma y yo no caemos en la tentación y mantenemos nuestra marcheta. Nos sigue pasando gente. Parece que no se acaban nunca, pero ni rastro de Juan Carlos. Empezamos a pensar que va por delante...
Llegamos al puente sobre el Eresma. Comienza la ascensión. Lo más duro de este puerto son los 3 kms iniciales y los últimos 500 metros, así que desde el inicio pongo todos los "yerros". 39x28, cadencia y pa'rriba. Voy muy cómodo, como no podía ser de otro modo. Estamos enteritos y con el depósito lleno. Además nos anima ver cómo vamos dejando atrás a todos aquellos que hace unos instantes nos rebasaban sin cesar. Voy marcando ritmo desde el inicio. Juanma viene fácil, así que no variamos. Una revuelta, otra y otra más. Siempre que subo esta vertiente de Navacerrada intento contar 7 revueltas, pero nunca lo consigo. ¿Tiene 7? Yo creo que no, pero en fin... Esta refexión me permite devorar otro km sin enterarme. Ya sólo quedan 140... Pasa Juanma y sube un puntito. Ha puesto la música en su tlfn, así que mantendré el ritmo aunque sólo sea por ir entretenido. ¡Pero no te pases...! En principio, el tráfico está abierto, pero por aquí no aparece ni un coche, salvo los de organización, que de vez en cuando piden paso, por lo que la marcha ocupa prácticamente toda la calzada. A falta de 2 kms para coronar, Juanma y yo circulamos por la izquierda adelantando ciclistas sin parar. Tomo el mando de nuevo y tenso un poquito. En un principio Juanma viene, pero se suelta enseguida. Me contará luego que, sabiendo que pararíamos arriba para intentar localizar a Juan Carlos, prefería reservar esas energías. Quizá yo debí hacer lo mismo... Corono "en solitario" y espero a que llegue Juanma. Lo hace pasado alrededor de un minuto. Bueno... El primero, en el saco...
Contactamos con Juan Carlos tras varios intentos y nos dice que le queda un km para coronar. Ha debido de pasarle algo. No es normal que venga tan atrás. Entre el tiempo transcurrido hasta que contactamos y el que tardó en llegar, pasan casi 15 minutos. Cuando llega a nuestra posición nos cuenta que en la salida, le pasó lo mismo que a nosotros con él, y que en la subida a Navacerrada ha tenido que detenerse tres veces a orinar, profusamente además. Puede que el frio de la mañana y del inicio haya tenido algo que ver. Pero lo malo es que tanta meada, acaba por deshidratarte. Y eso es lo peor que te puede pasar en una marcha de este tipo. A ver qué tal aguanta...
Reiniciamos en esos kms prácticamente llanos que hay entre Navacerrada y Cotos. En cuanto pasa un grupito que lleva ritmo alegre, apretamos y nos enganchamos. Siempre es mejor ir chupando rueda, jejeje... Llegamos a Cotos y nos lanzamos en el descenso. A mi me gusta bajar y sé que puedo arañar tiempo. Pero hoy no tiene mucho sentido, así que cuando engancho detrás de alguien que baja sin detenerse demasiadon en seco en las curvas, me quedo ahí. En la mitad del descenso, cojo a Adolfo, al que vimos pasar mientras esperábamos a Juan Carlos. Iba a acompañar a una amiga en el recorrido, pero me cuenta que compromisos familiares se lo impiden y que dará la vuelta en Rascafría. Me despido de él y sigo a mi ritmo. Cuando llego al tramo de El Paular, aprovecho para comer correctamente mientras espero a mis compañeros de aventura. Nos reagrupamos poco antes de entrar en Rascafría y juntos "disfrutamos" de los adoquines de la localidad antes de girar a la derecha para encarar la segunda de la jornada: Morcuera.
En la web oficial de La Perico, hay unas recomendaciones interesantes acerca de cómo afrontar el recorrido y en ellas se expica que en esta subida el corredor se encontrará pletórico de fuerzas, pero no debe emocionarse, ya que todavía queda mucho. Calcadito: cuando comenzamos a subir Morcuera voy como una moto. Pero me lo tomo con calma... al principio. Vamos los tres juntos hasta mitad de subida, pero Juan Carlos no está teniendo buen día y se suelta. Creo que se ha deshidratado en cierta medida y lo va a pasar mal. Me quedo con Juanma y ocurre como en Navacerrada: pasamos gente constantemente. El ritmo es bueno, pero me veo tan suelto que decido tensar un poco más. Espero no pagarlo más tarde. La música del tlfn de Juanma comienza a oirse cada vez con más debilidad, hasta que dejo de escucharla. Se ha soltado.

 
 


Voy muy cómodo. Pasa un km y de repente comienzo a escuchar de nuevo el hilo musical. "¡Coño Juanma, otra vez por aquí...!" Viene un rato conmigo, pero pronto se queda de nuevo. Sigo adelantando ciclistas y nadie me pasa a mi. Eso da ánimos. Pronto termina la parte dura del puerto y salgo a la zona abierta de la montaña. Quedan poco más de dos repechos para meter Moruera en la saca y llegar a la zona de avituallamiento. Ahí está... Un voluntario de organización va indicando a los ciclistas el paso por las balizas que establece el punto intermedio de control. Voy a por agua para llenar mis botellines vacios y espero a mis compañeros. Juanma llega en tres minutos y Juan Carlos en cuatro más. Juanma viene contento de cómo se ha encontrado en la ascensión, pero Juan Carlos viene desanimado. Se lamenta de que no tiene piernas y tiene dudas de si será capaz de terminar. Seguro que si...
Estamos parados un buen rato en el avituallamiento para comer y reponer líquidos. Tras 10-12 minutos, reemprendemos la marcha. Me coloco el cortavientos de nuevo para afrontar el descenso de Morcuera hasta Miraflores de la Sierra. Igual que en Cotos, me quedo detrás de alguien que baje suelto, para evitar sustos. Sobre el primer tercio de la bajada, me encuentro de repente a varios agentes de la Guardia Civil pidiendo precaución y que aminoremos la velocidad. Poco después, veo un Samur atendiendo a un ciclista que está tirado en el suelo. Se ha tenido que hacer bastante daño ya que hay bastante resto de sangre en el piso. Esperemos que no sea nada... Aprovecho la aproximación a Miraflores para beber y tomar algo de glucosa. Cuando voy llegando al cruce en el que se gira a la izquierda para iniciar la subida a Canencia, saco de mi bici el desarrollo de descenso y cargo directamente el 39x28. Es frecuente ver en este lugar a muchos ciclistas echar pie a tierra. Y no es para menos: pasas de bajar a buena velocidad a encontrarte escondida tras el giro una rampa que ronda el 14% y que se prolonga durante al menos 150 metros. Solventada esta dificultad, me reuno de nuevo con Juanma y Juan Carlos. En Canencia, me lo voy a tomar con mucha calma. No le falta razón a Juanma cuando dice que el éxito en Navafría comienza aquí. Esta vertiente del puerto es muy suave. La única dificultad la encontramos en los tres últimos kms, que rondan siempre el 7-8%. Pero son suficientes para salirse de punto y pasarlo mal en la última ascensión.


 Llevamos un ritmo tan agradable que nos permite charlar y disfrutar de la subida. Casi sin darnos cuenta, coronamos. Van tres de cuatro. A Juanma sigo viéndole bastante suelto y a Juan Carlos más recuperado y animado. Yo por mi parte, me siento excepcionalmente bien. Tengo la sensación de que no he gastado nada, aunque no sea así. Si no sufro un desfallecimiento repentino, esto lo hago yo hoy con la gorra... Me enfundo de nuevo el chaleco e iniciamos el descenso hacia la población que da nombre a este puerto. La bajada como las anteriores: tranquila y con precaución. El piso aquí es mejor que en Cotos y Morcuera y se podría ir bastante rápido, pero no merece la pena tomar riesgos. Llegamos a Canencia entre los aplausos y ánimos de la gente. Muchos niños han salido a ver pasar a los ciclistas. Esto alienta y reconforta especialmente.
El tramo que hay entre Canencia y el cruce hacia Lozoya pica casi siempre hacia abajo, por lo que se puede ir rápido. Entrando a relevos con un corredor que andaba por allí, circulamos todo el tiempo por encima de 40 por hora. Llegamos al cruce y al girar a la izquierda, el viento entra ligeramente en contra y de costado. La carretera está salpicada de pequeños grupos que avanzan hacia Lozoya. Sería interesante enlazar con uno de ellos que lleve un ritmo adecuado para ir más cómodos, así que me pongo a tirar fuerte para reducir la centena de metros que nos separa de uno de estos grupos. El viento molesta y cuesta rodar, pero poco a poco voy reduciendo la diferencia. Tras un par de kilómetros, consigo enlazar, pero lo hago yo solo, ya que al mirar atrás no viene nadie conmigo. Me quedo aquí tranquilito y me llevan hasta Lozoya. A la postre comprobé que el esfuerzo mereció la pena: mientras Juan Carlos y Juanma vinieron trabajando, yo hice estos kms hasta Lozoya sin dar pedales, aprovechando este tiempo para comer y beber.
Llegamos a Lozoya, donde vuelve a haber mucha gente animando e inicio la subida por delante de mis compañeros de fatiga que seguramente tardarán todavía 4 o 5 minutos en comenzar a escalar. Me encuentro fenómeno y rápidamente dejo atrás al grupillo de 8-10 con el que he venido. 39x24 y buena cadencia. Para relajar piernas engrano el 21 y me pongo de pie unos instantes. Me siento y vuelvo al 24. Ritmo, ritmo, ritmo. Me encuentro tan fuerte a estas alturas, que parece que voy dopao. Voy por la izquierda adelantando gente sin parar. Además, oigo comentarios detrás de mí del tipo "¡....joder, cómo va este...!" o "¡...qué hace la peña para ir así...!", y eso le pone las pilas a uno.



 Paso a un par de chavales bastante más jóvenes y finos que yo que no van mal. Me cogen rueda y se quedan ahí. Aguantan bien. Tras algo más de 1 km siguen conmigo, así que decido probar: subo un puntito, lo justo que veo que puedo mantener en el tiempo. Parece que vienen, pero tras 100 metros, cede uno de ellos. Al segundo lo llevaré colgado todavía algo más de medio km, pero lo oigo boquear detrás de mí como pez fuera del agua. Un puntito más, 20 metros y se suelta de golpe. El esfuerzo me ha castigado, pero en cuanto relajo el ritmo unos instantes, me recupero sorprendente bien. Encuentro pronto mi marcheta y continúo disfrutando de la subida. Pero vamos a contarlo todo para no ser tan autocomplacientes: a la altura del cartel que ha puesto la organización y que anuncia 2 km para coronar, me pasa un tipo flaco como un junco y con más nervios y venas que un filete malo, que más que subiendo, parece que iba esprintando. No sé si el tio llegaría así hasta arriba, pero así le perdí yo de vista en menos de 30 segundos. En fin, cada uno a lo suyo... Y lo mío ahora es meter en el zurrón el cuarto del día. Y lo hago pocos minutos después más contento que un niño con zapatos nuevos porque ya van 120 kms con 4 puertos y no he sufrido en ningún momento. Repongo agua en el avituallamiento de Navafría y espero a Juanma y a Juan Carlos que llegan juntos en unos 10 minutos. Vienen animados. Sobre todo Juan Carlos, que parece que se va encontrando algo mejor y ve disipadas ya sus dudas en cuanto a si será o no capaz de terminar. Permanecemos todavía unos minutos en la zona de avituallamiento comiendo un poco y refrescándonos antes de iniciar el descenso.
La bajada por esta vertiente, mala y muy peligrosa. No hay grandes baches, pero el estado del asfalto es tan malo que hay que disminuir mucho la velocidad y sujetar bien las orejas de la burrilla para no perder el control. Así que, tranquilitos, llegamos al cruce en el que giramos a la izquierda para dirigirnos definitivamente a Segovia. El tan temido tramo de toboganes no lo es tanto hoy. El viento entra de costado pero ayuda algo en ciertas ocasiones. Al igual que en la zona llana de Lozoya voy tirando fuerte. Juanma me da relevo de vez en cuando. Está eufórico, ya que pensaba ir mucho peor a estás alturas, pero el tío está enterito... Vamos pasando grupos de ciclistas que van demasiado lentos al tiempo que vamos formando un pequeño pelotón con gente que se sueltan de los primeros para unirse a nosotros. Pero aquí no da relevo ni El Tato, así que cuando enlazo de nuevo con otro grupo, me quedo ahí a que me lleven ahora a mi un poquito... Al poco tiempo pasa otro grupo ligero y salto para cogerme. Le digo a Juanma y Juan Carlos que aceleren para que no se nos escapen. Con este grupo iremos durante un tiempo hasta que se paran en el avituallamiento que queda a la altura de Sotosalbos. Nosotros contínuamos dentro de un grupo de unos diez corredores, que sin organización, vamos cubriendo los kms que quedan hasta Segovia. Con nosotros viene una chica que lo está pasando mal y se corta con facilidad. Me dejo caer para animarla y le digo que si ha venido hasta aquí, no puede soltarse ahora. A ella sola, los 12-14 kms que quedan se le pueden hacer eternos, así que de vez en cuando le doy un empujón para que no se quede. Pregunta con angustia constantemente que cuánto queda. Al final, consigue entrar con el grupo en las rotondas que dan acceso al Pabellón Pedro Delgado y le cambia la cara. Nos cambia a todos, ¡¡porque esto ya está!!
Son poco más de las 14.40 y entramos con 6h 31'. Tiempo de risa, pero enormemente satisfecho por las sensaciones que he tenido. Hacemos bronce, pero hubiesemos hecho plata (menos de 6h 9') con la chorra. Y quien sabe... El oro estaba en menos de 5h 40'... (¡¡Bueno, buenoooooooo.... No te emociones, Tapiaaaaaaaa!!)



Pero lo mejor de todo, con diferencia, está por llegar: ¡¡Hay birra para acompañar la comidaaaaaa!!
Me encantaría poder repetir algún año, si la salud lo permite.
Y así es como yo lo viví... Desde la Zaga.


PRÓXIMA SALIDA:



 DIA 24/8/2014  RUTA A CARABAÑA                  

SALIDA: 8h.
KMS: 109
DESNIVEL: 662 m
PARADA: CARABAÑA

RECORRIDO:
VALDEMORO                                                              0
CIEMPOZUELOS                                                        8
SAN MARTÍN DE LA VEGA                                     16
CRUCE DE LA RADIO                                              27
ARGANDA DEL REY                                                 36
CUESTA DE ARGANDA A VALDILECHA              40
VALDILECHA                                                              50
ALTO VALDILECHA A CARABAÑA                        52
CARABAÑA                                                                 60
TIELMES                                                                      67
PERALES DE TAJUÑA                                               71
MORATA DE TAJUÑA                                               89
TITULCIA                                                                    94
CUESTA DE CIEMPOZUELOS                              102
VALDEMORO                                                            109




domingo, 17 de agosto de 2014

Salida a Villamanrique de Tajo - 15/08/2014





 Participantes, 5:
Jose A. Puerma, Manolo Millán, Sanda, Juanito Barragán y Gorgonio.

Mañana soleada en la que el calor nos ofreció una tregua, con 13º muy frescos al paso por el valle de Jarama y tan solo 27º llegando a Valdemoro. Bonito recorrido el de hoy, unos de los preferidos de Puerma, según comentó. Pocos participantes, algo razonable si tenemos en cuenta que hay gente de vacaciones y unos pocos participaban al día siguiente en la Perico. Pocos, pero bien avenidos, a pesar de las continuas "provocaciones" de Barragán a este humilde cronista, jajajaja.

Ritmo tranquilo hasta la aproximación a la cuesta de Los Molinos, con una amena charla entre Puerma y un servidor sobre mi reciente incursión en Jaén, su tierra, mientras tragábamos kms en cabeza del grupo sin enterarnos:

(Pincha sobre las fotos y las verás aumentadas)


Nos aproximamos al primer escollo del día, la cuesta de Los Molinos. Por aquí ya me lanzaba el pañuelo Barragán, diciéndome su intención de atacarme en este puerto:


Pero dicen que la mejor defensa es un ataque. Salté y conmigo se fue Puerma. Manolo y Juan unos metros detrás y Sanda perdiendo distancia con celeridad:


Pronto nos atraparon y mi ritmo era un puntito más bajo, por lo que me descolgué, mientras Barragán aguantaba con ellos:


En el descansillo me sacaban esta distancia, que yo procuré no fuera a más:


Pero se relajaron y les eché el guante:

 Me puse en cabeza unos metros intentando "castigar" a Barragán, metiéndole una "vara" para aplacarlo y comenzó a hacer la goma, hasta que por fin cedió y se descolgó en el último tramo. Por delante de mí Manolo y Puerma:


... y Barragán unos metros detrás:


 Aquí nos tenéis esperando a Sanda, a por el cual había bajado Puerma:


... presentándose con él unos 15 minutos después. Por lo visto Sanda tuvo problemas con el cambio, cosa que le obligó a parar alguna vez, algo que explica tanto retraso, porque nosotros tampoco somos unos superfiguras, jajaja.  Aquí perdió Sanda todas sus posibilidades para la "general", jeje:


 Tras reagruparnos salimos hacia Belmonte y Sanda se quedaba porque seguía con los mismos problemas. Le aconsejamos que se diera la vuelta, pero continuó:


Tras Belmonte Sanda seguía retrasándose. Aquí vemos a Manolo en el descenso hacia Villamanrique:


Otra vez reagrupados, tras el paso por Villamanrique, y nada más empezar las primeras rampas de la Cuesta de los Pinos...


... Sanda vuelve a quedarse:


Nos vamos los cuatro por delante, pero yo empiezo a tener problemas para seguir el ritmo de ellos:


... y se me van entrando en el tramo final de los pinos:


Enseguida se queda Barragán, mientras Manolo y Puerma se van por delante. Yo empiezo a aplicarme en la caza de Barragán, pero vende cara su posición y no consigo alcanzarle hasta el último repecho:


Juan se ha quedado y yo me propongo alcanzar al dúo delantero:


 Como no van muy fuertes, les alcanzo entrando en Colmenar:


 Foto de grupo tras el avituallamiento de Colmenar, donde olvidé la foto de rigor:


Rápido descenso hasta Titulcia sin nada importante que reflejar. Llegando a Titulcia aún humeaba el resto del incendio de una nave en el polígomo industrial de Seseña, nave que vi ardiendo cuando llegaba a Valdemoro procedente de las fiestas de mi pueblo, a las 4:30 de la madrugada:


Sanda y Manolo al paso por Titulcia:


 Y mi retador, Juan Barragán, que se quedó en Ciempozuelos, donde dejó el coche, ya que vino desde Borox:


Foto de la espera a Sanda tras coronar el Col de Ciempozuelos:


Y llegada a Valdemoro. Hoy no hubo premio de la Glorieta porque dos no riñen si uno no quiere. Me mantuve a rueda de Sanda, pero no saltó y respeté su decisión:


Y esto fue lo que dio de sí el día. Hasta mañana domingo, compañeros.