sábado, 28 de junio de 2014

CERRANDO CANTABRIA A LO GRANDE - 21/06/2014

Pues claro que a lo grande. Dos grandes razones lo confirman: la presencia del gran Ramón Tuercerradios a mi lado y el tamaño de la empresa, con 176 kms y cuatro puertos que arrojaron un desnivel acumulado de 3345 metros. Una kilometrada que supuso un nuevo récord para Ramón, del que me siento orgulloso como testigo. En resumen, una jornada inolvidable de ciclismo en un paraje espectacular.



Salí de casa a las 17:15 horas y me entretuve echando gasóleo en la gasolinera más barata de España, según he oído, la de Leclerc, en Pinto (a 1,22). Camino de Somosierra me puse nervioso ante varias retenciones. ¿Hora punta de comienzo del fin de semana? Pues no; máquinas cosechadoras camino de las tierras castellanas del norte. Tras pasar Somosierra vi en el horizonte negros nubarrones. Ya por Burgos empezó a llover, algo que no paró hasta llegar a Las Fraguas. Mala cosa hacer un desplazamiento así para no poder salir al día siguiente. Pero pensaba cerrar Cantabria aunque fuera a lo picaflor y lloviendo. Me alojé en la Posada Ochohermanas, un establecimiento que recomiendo a cierraojos. Su posadero, Orlando, amabilísimo, preocupado en todo momento de mi bienestar, me orientó en todas las dudas que le planteé y me trató de manera exquisita. La Posada Rural es muy acogedora, con una decoración atractiva. Y con un buen precio. Ya en mi habitación, me asomé por la ventana intentando imaginar la mansión de "Los Otros" que estaba al otro lado de una arboleda del fondo. Me dije que pasaríamos una agradable noche, como así fue. Mandé un washap a Ramón y a la cama.

Son las 6:00 y suena el despertador de mi móvil. También me llama Orlando. Ha llovido y tronado de madrugada, pero parece que la mañana está en calma:

Me visto y bajo a desayunar. Café con leche, tostadas, zumo de naranja y bollería de la tierra. Estoy como en casa. Me llega un mensaje de Ramón: "llegando". Se presenta enseguida y pronto estamos preparados para la gran ruta:

Tras nosotros la Posada. Dejamos los coches en su parking. Arrancamos y no metemos en el valle. La carretera está húmeda de las lluvias recientes, pero ese olor a humedad me embriaga. Creo que se me pasan todos los males cuando ruedo por el norte:

Tuerce está más delgado. Se lo he notado nada más verle. Y está fuerte. Le veo pedalear con soltura. Pronto se empina la carretera y empezamos a subir entre comentarios de la pasada Irati y los primeros rayos de sol:

La otra vertiente es más dura, pero esta es más bella. Hago fotos sin parar, pero no puedo ponerlas todas:

Las nubes deshilachadas le dan al valle un toque surrealista...o romántico. Naturaleza en estado puro:

Ramón se percata de que tiene la batería agotada y lo lamenta, pero no te preocupes, le digo, que la mía está preparada:

Seguimos ascendiendo sin prisas; disfrutando cada pedalada y ganando altura con rapidez:

En esta perspectiva observamos por dónde hemos de subir:

Ramón me pide la cámara para sacarme alguna foto. Aunque casi no se me ve, subo esta imagen por la belleza del plano:

Y en esta otra queda clara la nueva denominación de mi nuevo grupo:

Seguimos ganando altura y disfrutando como enanos. Ramón está fuerte y de vez en cuando me saca unos metros. Coño, me digo, este tío me va a hacer sufrir hoy. Aprieto y me adelanto para sacarle de frente:

y paramos para sacar esta bonita imagen del valle y la carretera ascendida:

En esta foto (y en la anterior) parece que algún espíritu de "los otros" nos acompaña. Se trata de un picotazo que tiene micámara en el objetivo, que cuando hago fotos a contraluz, aparece con más fuerza:

Tuerce señala con sus gafas el final del puerto. Se me ha pasado en un pis pas:

Cerca de coronar nos encontramos con este potrillo que nos mira cauteloso, extrañado por las raras monturas que llevamos. Qué estampa más bonita:

Se asusta y salta la valla, no sin dificultades (tropezó a la primera), para reunirse con su mamá:

Seguimos disfrutando del entorno. Un paraíso:

Y coronamos el primer cima, Collada de Brenes, muy recomendable:

Pero continuamos hasta la curva para ver las vistas:


Y disfrutamos de nuestros minutos de gloria en la cumbre:

Foto obligada en el cartel:

Cima 151. Más imágenes de la cima:


Empezando el descenso por la otra vertiente (Villasuso de Cieza) paro a sacar esta instantánea con el mar de nubes al fondo:

También es bella esta zona de esta vertiente, con Ramón a tumba abierta descendiendo muy hábil:


Tras Brenes llegábamos de nuevo a la nacional y poníamos rumbo al Alto de San Cipriano para pasar al valle de Cabuérniga y poder acometer el segundo gran CIMA del día: La Palombera, o La Palombier, en términos alpinos, jajaja...pero esa será una nueva entrega.
CONTINUARÁ.

ALTO DE SAN CIPRIANO Y PUERTO DE LA PALOMBERA.

Vamos en busca de la N-611. Ramón va muy bien y se me adelanta en los repechos, como este en el que pasamos por debajo de la A-67:

Bajamos por la N-611 hacia Los Corrales de Buelna en un agradable descenso, recuperando energías:

y paramos a llenar los bidones en una de las innumerables fuentes de esta tierra, poco antes de iniciar la subida a la tachuela de San Cipriano:

Se notan las lluvias de la noche anterior en el firme, pero ya está casi seco. Empezamos San Cipriano. Ramón siempre delante, tirando, y a veces sacándome unos metros. Joer, qué fuerte está:

Poco antes de coronar me metió unos metros en busca de los puntos, jajaja:

Segunda dificultad del día superada:

Nos lanzamos para abajo en busca de la carretera de La Palombera. Un ciclista con pinta de pro entrenando, con cabra, nos adelanta a todo trapo. Poco después nos vuelve a adelantar. Debió pararse en algún sitio. Ramón me comenta si me parece parar a tomar una coca cola. Nos acercamos a Ruente y al nuevo objetivo:

Ruente siempre atractivo, con la Fuentona, un chorro inmenso de agua saliendo de un agujero que siempre me sorprende. Paramos y buscamos dónde tomar algo, pero no encontramos algún super para abaratar costes:

Cruzamos el puente y decidimos seguir un poco más:

Encontramos a un colega en apuros. Tiene más años que yo. Se le ve, por la montura que lleva, que no ha renovado mucho el material. Tenía problemas con su bomba y Ramón, generoso él, le infló la rueda. Mira que cansa dar aire. Le dijimos si necesitaba algo más y nos contestó que la diéramos el dinero que lleváramos, jajaja:

Y sin enterarnos comenzamos la escalada al segundo coloso del día. Palombera es un puerto que subiría todas las semanas si pudiera. Tendido y bello, muy bello:

Aprieta el calor de forma anormal para estas tierras. Y nos quedamos sin agua a las primeras de cambio, por lo que echamos mano de los arroyos que bajan la montaña en más de una ocasión:

Alcanzamos la localidad de Saja. Poco a poco La Palombera va entrando en la saca:

En muchos momentos solo se oye el trino de los pajarillos, los cencerros de las vacas y el susurro de las hojas de las hayas que nos flanquean a ambos lados:

El excesivo calor se hace notar. Esperamos que más arriba el viento y la temperatura más baja nos den un respiro:

Saliendo del bosque nos encontramos un par de motoristas madrileños. Aprovechamos para parar un ratillo y comentar con ellos nuestras aficiones:

Nos acercamos al Mirador de la Cardosa y el valle se muestra sin nada que impida disfrutar su visión:


El día es inmejorable. Ayer temí que amaneciera un día revuelto, pero gracias a Dios no fue así. La temperatura ha bajado y disfrutamos a tope de esta ascensión. Permitidme comparar La Palombera-Fuente del Chivo con el encadenado Telegraphe-Galibier. También tenemos en España otros encadenamientos parecidos, como Pedro Bernardo-Serranillos, o Monachil-Sierra Nevada. Ramón alcanzando el Mirador de la Cardosa:

Foto obligada en el mirador. Este mirador ha sido parada frecuente en mis viajes familiares y le tengo mucho cariño. Sus vistas son inmejorables:



Continuamos con la última parte de la ascensión, con ligera brisa frontal que se agradecía:

Hasta llegar a otra nueva fuente en la que llenar el bidón y refrescarnos:

Una nueva estampa familiar aparecía ante nosotros:

Esta zona del puerto es muy agradecida. Las vistas son preciosas y la pendiente muy llevadera. Para disfrutar:

Y todo lo que empieza, acaba:

La Palombera a la saca, y van 152:

Desde aquí hay 7 kms de descenso hasta Espinilla. En ellos nos cruzamos con un compañero de Ramón, de Solares, que según Ramón se habrá marcado una etapa desde allí. Nosotros a por Alto Campoo-Fuente del Chivo, pero antes habrá que comer un buen cocido montañés, para lo que voy a editar el título de esta crónica. En la próxima entrega la acabaremos .

CONTINUARÁ.


Tras llegar a Espinilla nos planteamos buscar dónde comer. Ramón consulta a su familia y nos aconsejan un restaurante junto al Complejo Puente Romano, y bien que acertamos, porque comimos de maravilla. Primera un cocido montañés sabrosísimo. De segundo nos recomendaron unas carrilleras y unos callos, platos que compartimos. Buen carburante para subir a Fuente del Chivo, a pesar de que a Ramón se le repitiera un poco, jajaja:

Tras el "avituallamiento" de nuevo sobre la burra y a cerrar Cantabria con su CIMA más alto. Los primeros kms, reposados, con bastante calor (34º en ocasiones). La subida tiene una carretera ancha, con buen asfalto y pendientes entre el 5 y 6 %:

Enseguida cruzábamos Entrambasaguas para poco después de La Lomba meternos en un bosque y empezar las primeras curvas:

no sin antes toparnos con otra escena familiar enternecedora:

El calor apretaba y a mí me afectaba menos que a este chicarrón del norte poco acostumbrado a pasar de 30º. Empezábamos a negociar las primeras curvas, muy abiertas:

y alcanzábamos un mirador donde paramos a disfrutar de sus vistas, con Reinosa al fondo:


 
Tras la breve parada, de nuevo en marcha, sin prisas, disfrutando cada pedalada. Ya se divisaba el final de la subida:

Poco antes de Brañavieja nos encontramos con una manada de caballos que me ofrecían una nueva estampa de las que me gustan. Al fondo se ve con claridad la carretera que sube hasta Fuente de Chivo. Esa carretera está sepultada bajo la nieve durante el invierno, formando incluso parte de las pistas de la estación:

Estación invernal de Brañavieja:

Nos metemos de lleno en la parte final, la más dura, donde nos encontraremos con dos terroríficos kms finales con rampas del 15%. Ya habíamos agotado el agua del bidón y la necesidad del líquido elemento era imperiosa, por lo que hubo que parar en un arroyuelo de los que bajaban la montaña, procurando no ver ganado en sus inmediaciones. La primera toma de agua tenía poses y continuamos un poco más arriba hasta encontrar otra más limpia. Siempre te arriesgas un poco al beber agua sin control, pero me encanta llenar el bidón de esos chorros:

Se trata de una buena carretera que en algunas zonas está muy erosionada por las máquinas quitanieves, que también se llevan trozos de asfalto en sus arremetidas:

Alcanzamos los dos kms finales, recibiéndonos, tras esa caseta, una rampa del 12%. El final se ve con claridad:

Tras algunas rampas que superan los dos dígitos alcanzamos esta recta que nos ofrece vistas a todo lo ascendido y tras la curva del fondo nos llevará a la cumbre:


No sin antes tener que superar esta dura rampa final:

Cachis, se me olvidó celebrarlo a lo mikmik:

Ramón no subió los dos kms finales y esperó pacientemente a que bajara. Pero había que disfrutar de las vistas, que en el caso de la zona noroeste apenas pude ver algo por la cantidad de nubes que entraban de ese lado:


Una vez abajo, procedemos simbólicamente al cierre de Cantabria echando la llave a Tuerce, jajaja:

y acabamos el recorrido con los últimos 55 kms, muy favorables:

No me digáis que no es fotogénico el chaval:


Y foto con Orlando, el posadero de Ochohermanas:

Ramón marchó para Solares. Gracias compañero por tu agradable compañía. Qué buena jornada de ciclismo hemos tenido.
Yo perdí aún unos minutos alrededor de la casa de "Los Otros", de Amenábar, Palacio de Los Hornillos, que como veis está habitada:

y la curiosa iglesia de San Jorge situada al lado del palacio de Los Hornillos:

Dejo este texto copiado de Wikipedia:
Las Fraguas es una localidad del municipio de Arenas de Iguña (Cantabria, España). En el año 2008, contaba con una población de 154 habitantes (INE). Las Fraguas está a una distancia de 0,6 kilómetros de la capital municipal, Arenas de Iguña, y está situado a una altitud de 180 metros.
Destaca del lugar el Palacio de los Hornillos (1897-1904), construido por el duque de Santo Mauro y lugar de veraneo actual de la marquesa de Santa Cruz de Mudela. Fue el lugar donde se rodaron los exteriores de la película dirigida por Alejandro Amenábar titulada Los otros. La película fue producida en parte por Tom Cruise, y protagonizada por la australiana Nicole Kidman. Dentro del palacio se encuentran las esculturas orantes de los Acebedos, que fueron declaradas Bien de Interés Cultural con la categoría de mueble en el año 2003.
También destaca, a poca distancia del palacio, la iglesia de San Jorge, construida a modo de templo griego, conocida con el apelativo de El Partenón.

Y esto fue todo. Un viaje a Cantabria que mereció la pena tan solo por rodar junto a Ramón, al que agradezco su buena disposición y agradable compañía. Junto a ti da gusto, compañero.
¡¡¡¡ CANTABRIA A LA SACA !!! Y siempre en mi corazón. Bendita tierra.