Ciclistas de Valdemoro: Altos de Sete Carballos y O Portelo-Penas do Comeal

MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE DE 2019: SETE CARBALLOS-A FIOSA Y O PORTELO-PENAS DO COMEAL:

Segunda jornada lucense. Si en la primera tuvimos que afrontar tres puertos, en la de hoy tenemos dos, pero uno de ellos, Sete Carballos, con coeficiente 235, le da suficiente entidad a este recorrido. Esta jornada estaba pensada para el último día y decidimos cambiarla al segundo para evitar regresar a casa muy tarde. El recorrido lo hemos realizado en el sentido de las agujas del reloj:

Tras el cuestón de salida del hotel, un largo descenso de medio puerto de Pedrafita nos acercará a las proximidades de la localidad de Becerreá, para desviarnos hacia As Pontes de Gatín. Tras un desvío a la derecha comenzaremos Sete Carballos (siete robles), un largo puerto de 20 kms que culmina en las antenas de A Fiosa. Precioso descenso a Doira y ascensión de A Portelo, con su duro final de Penas do Comeal:

El Urogallo, rodeado de hayas, tranquilo y familiar hotel de montaña, muy recomendable, cuartel general de nuestras operaciones. Buenísima relación calidad-precio. Tras un buen desayuno a base de zumo, tostadas, sobaos y café, nos fotografiamos con la perrita de los dueños, dispuestos a emprender la segunda ruta:

La salida del hotel, encajonado en una pequeña aldea bajo la autovía, es especialmente dura y nos exige meter todo el desarrollo. Pero no hay mal que por bien no venga, porque calentamos de lo lindo:

Tras coronar estos 60 m de desnivel en menos de un km, tenemos esta vista de la autovía. El Urogallo está en el fondo del valle:

No llevamos ni tres kms de descenso y empieza a llover. No estaba previsto en el parte meteorológico, pero Galicia es así de imprevista. Fausto nos avisa de que en su bici algo no va bien. Le vibra mucho el manillar en el descenso y decide volverse al hotel. Lo lamentamos mucho, porque Fausto lleva todo el año esperando estas jornadas y le pasa esto. Una pena:

Continuamos Julio, Pedro y yo por la N-VI. Tras salir de un túnel, tenemos a la vista Becerreá:

Una vista a la derecha nos señala el imponente viaducto de la autovía bajo el que pasaremos en unos kms:

En algún sitio he leído que esos pilares tienen unos 30 metros de cimientos. Impresionante:

Hemos tomado en Líber el desvío hacia San Román de Cervantes y, tras un puente sobre el río Navia, nos encontramos con el inicio de Sete Carballos:

El coeficiente 192 es hasta la cima de Sete Carballos. El de 234, hasta la antena de A Fiosa:

Tras un esforzado inici, con la pendiente en torno a un 7%, alcanzamos la población de San Román de Cervantes. El topónimo "de Cervantes" no se refiere al ilustre escritor, si no que hace referencia a que la zona es tierra de ciervos:

La travesía de la población de San Román es especialmente dura, con una constante rampa al 11% que suaviza al abandonar el pueblo para llegar a un hermoso mirador:

Los Ancares lucenses se extienden ante nosotros. Por ese valle sube otra de las vertientes de este puerto. Al estar asfaltadas todas las carreteras que unen las aldeas, son numerosas las vertientes para ascender este interesante puerto:

A media subida las vistas son atractivas, con Becerreá, de donde venimos, al fondo:

El puerto se muestra más permisivo en esta parte central próxima a coronar esa primera cota de Catroventos:

Tras un corto descenso, vuelven rampas duras que alcanzan hasta un 12%. Son frecuentes las rampas de doble dígito en esta zona:

Hemos alcanzado la segunda cota, Pena de Laxe, y tenemos a la vista la antena de A Fiosa, mientras la carretera mejora notablemente:

Otro descenso y comenzamos la ascensión a la cota Sete Carballos:

Bonito cartel el que nos encontramos en la cima:

Las vistas, cuando comenzamos el descenso al cruce de A Fiosa, quitan el hipo:

A la izquierda de esta foto está el comienzo de A Fiosa:

Tras comprobar su mal estado, por las recientes lluvias torrenciales, Pedro y Julio optan por no subir:

Yo decido probar, a ver hasta dónde puedo llegar. Esta foto la realicé bajando, que el 19% que me marcaba esta zona, subiendo, no me permitía sacar fotos. Durísima subida, en principio ciclable:

Poco después aparecían grietas, parte del asfalto arrancado y mucha gravilla y tierra que hacían peligrosa la ascensión. Comencé a tener mis dudas de llegar arriba:

A partir de aquí no las tuve. Imposible subir montado, con estos desconchones y pendiente del 15%:

Pensando que no me quedaría mucho, desmonté y subí andando otro tramo, pero viendo que aún quedaba un buen trecho, y con mal firme, opté por darme la vuelta, caminando sobre la hierba y plantas, para no resbalar:

El descenso hasta Doiras es espectacular. Carretera botosilla, pero pasable, que cambia más adelante a buen asfalto:

Vistas preciosas de los Ancares que me recordaron el descenso de Da Golada hacia Quiroga:

Carretera que sube al Albergue de los Ancares:

Una panorámica:

...y más vistas:

En plena bajada paramos en un bar que no nos daba de comer, cosa que si ocurrió en Doiras, donde los dueños del bar nos atendieron con empanada, chorizos propios y un guiso de pollo de corral algo escaso (no les quedaban más que dos raciones) pero suficiente:

Cocina gallega tradicional:

Restaurante de Doiras donde comimos:

Desde el mismo sitio de la foto anterior, un puente sobre el río das Cales, tomamos esta imagen del inicio de O Portelo, segundo puerto del día:

Los primeros 7 kms son muy constantes entre el 4% y 7%, hasta coronar A Portelo. Ahí nos desviamos a la derecha, hacia Pedrafita, con un fuerte rampón al 15%. Tras un corto llaneo, otro duro km nos hará impacientarnos para llegar a la cumbre. Ésta llegará tras varios toboganes:

El castillo de Doiras, desde su atalaya, es testigo excepcional del inicio por nuestra parte de una nueva conquista del Reto Cima:

Nos zambullimos en el valle del río Vilarello y el Castelo do Doiras va desapareciendo poco a poco en la lejanía...

La carretera, que asciende la ladera oeste del valle, inmersa en sombras continuas, se abre en una entretenida zona con alguna herradura que se adivina enfrente:

La misma zona, una vez superada, con la herradura citada:

Alcanzamos el cartel de A Portelo. Al fondo se distingue el desvío a la derecha a Pedrafita...

...y nos enamoramos de un paisaje sin igual en esta parte final:

Tomamos a la derecha el desvío a Pedrafita, con una primera rampa de unos 500 metros al 12%:

Luego viene un descansillo que enseguida se torna en un duro km con picos del 15%:

Julio, jurando en arameo, lamenta las "numerosas trampas" que encierra el reto cima, pero estas vistas anestesian cualquier dolor de patas:

Varios toboganes hacen interminable el final de Penas do Comeal, final que alcanzamos en este collado:

Rápido descenso a Pedrafita, pasando por el cruce al que llegaremos mañana cuando hagamos Pintinadoira. En Pedrafita paramos y preguntamos por tiendas o talleres de bicis. No hay nada. Nos indican que en Triacastela hay. Llegada a Pedrafita:

Grandísimas obras de ingeniería estos viaductos de la A-6:

Llegamos al hotel y, sin ducharnos, echamos la bici de Fausto al coche y nos dirigimos a Triacastela. Allí, en una tienda de deportes a la entrada, nos dicen que tampoco hay tiendas ni talleres de bicis, que nos acerquemos a Sarriá, pero desistimos porque Fausto se niega en redondo. Mucho lo sentí por él, que se perdió dos bellísimas salidas.

PRÓXIMA ENTREGA: ALTOS DE VILASOL Y PINTINADOIRA.

Salida del domingo 13 de octubre de 2019:

Salíamos 17 unidades y regresábamos 22 ó 23, porque varios salieron a nuestro encuentro y se unieron a nosotros camino de Titulcia.
Mañana soleada, con temperaturas algo más frescas, entre 13º y 21º.
La salida fue algo caótica por los numerosos pinchazos producidos por las chinitas de la carretera del hospital a la Yesera, que al estar el asfalto húmedo por la lluvia de la noche, se pegaban a la cubierta y terminaban clavándose. Fueron tres pinchazos en poco más de 10 kms, lo que nos retrasó mucho. Sanda se fue por delante con intención de evitar la Nueva. Diego Todón también se adelantó para calentar subiendo y bajando la Yesera. Luego se le hizo tarde y volvió por la alcoholera. Pablo dejó la grupeta para acercarse a Decathlon, al descubrir que la cubierta se le había abierto peligrosamente. Los demás optamos por eliminar la subida a la Nueva por el retraso acumulado. Ya en Arganda, Sanda, se pasó del desvío del hospital y hubo que esperarle un poco.
La parada de Morata, con Manolo Millán, que se nos unió aquí: