CRÓNICAS DESDE BÉLGICA.

Nuestro querido amigo y compañero Andrés me manda esta interesante crónica de sus andaduras ciclistas desde Bélgica y, tal y como le prometí, la publico en el blog para que veáis de primera mano que sigue al pie del cañón, aunque nos recuerda mucho y echa de menos los piques en la grupeta valdemoreña. A mí me ha parecido muy interesante y nos muestra otro punto de vista con la bici como telón de fondo, en un país con pocas cuestas (eso sí, muy duras) y mucho llano, a la vez de muuuucho viento del que no hay forma de protegerse.


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  ​Hola Gorgonio, por fin tuve un rato para hacer una pequeña crónica y mandártela.

Escribo desde las tierras bajas, en la provincia belga de Limburg (que es un paraíso para los ciclistas)

Primero empezaré con una pequeña crónica de una salida que hice con mi tío (58 años, igual de loco que los de Valdemoro jajaaj), haciendo una salida pasando por 3 paises y varias ciudades importantes con culturas diferentes y regiones y gente muy diferente a dos pedaladas de distancia.

Empezamos un domingo sobre las 9 de la mañana, saliendo desde Bocholtz (Holanda) poniendo rumbo al sur hacia Vaals (punto más alto de Holanda y que apenas supera 300 metros de altura, además de ser la frontera entre Bélgica, Holanda y Alemania). Las primeras horas de la mañana son como en las películas de miedo, todo cubierto de nubes y niebla y el sol casi no se nota. 

Nos desviamos de Vaals para poner rumbo a Bélgica y cogemos una pequeña grupeta de ciclistas alemanes que se dirigían a Aachen.

​El  tiempo ha mejorado bastante en tan solo 30 minutos y el viento no es molesto de momento. La carretera es genial, pues todavía estamos en Flandes, que es la parte que habla holandés y donde tienen bastante más economía que su hermana Walonia francófona.

Nuestro siguiente objetivo es Aubel. Tras otros 10 km, pasamos a Walonia (pobres bicicletas). El cambio de una región a otra es B R U T A L en todos los sentidos, carreteras, paisaje, gente, idioma, cultura, modo de hacer  las cosas.

Aquí vemos un pequeño pueblito antes de Aubel. En esta zona walona todavía hay un poco de "odio vecinal" por el choque cultural y el uso de las lenguas en las administraciones:

​El paisaje urbano, las casas, el diseño de las calles, todo, ha cambiado pero la naturaleza sigue siendo impresionante, todo verde con vacas y otros bichos y bosques impresionantes. Hace buen tiempo y un poco de viento. Sobre las subidas, he decir que aunque la zona no es alta, no es plano como se cree cuando pensamos sobre Bélgica/Holanda. Es todo el rato arriba y abajo con colinas a veces de desnivel de mas de 12%. Si hago aqui 100km, me sale mas desnivel que si hago 100km en el sur de Madrid subiendo los molinos, la radio y lo que sea.

 

​Ya estamos en Aubel, ciudad muy famosa por sus cervezas y el mercadillo que se monta los domingos, que es visitado por mucha gente:

​Desde Aubel, ponemos la mirada en la siguiente estación: Lieja o Liege. Quedan unos 25 km, pero como no nos sabíamos el camino, salieron 40 jejeje... de todas formas no lo lamentamos y vimos más cosas nuevas.  Como decía, por esta zona, ni hay carriles bici, ni buen asfalto, ni conductores respetuosos, mala señalización, mucha falta de lógica... Las colinas se hacen más largas y las bajadas muy peligrosas por lo dicho antes.

Durante el recorrido de esta zona pude tomar estas fotos:

Bunker de la 2ºGM, que castigó mucho a esta parte.

​El tiempo iba mejorando, menos viento y quedaban 10 km para Lieja. Nos acercamos a la periferia:

Más o menos, por esta zona, tuvimos el gran disgusto del día. Una furgoneta, me adelantó y se acercó a mi tío muy peligrosamente. De hecho yo estaba 2 metros detrás y pude ver como con el espejo tocó a mi tío, que, gracias a Dios, dada la casualidad de que había un hueco libre a la derecha, se apartó como pudo  saltando un bordillo y comiéndose un árbol, y por fortuna se quedó en nada. Yo seguí al desgraciado, que paró en una semáforo, le golpeé la puerta y el hombre estaba chateando con el teléfono...en fin.

Tras tranquilizarnos, seguimos despacio hasta el centro de la ciudad, para buscar el río Maas y girar al norte de nuevo, llevados por la orilla:

 

El siguiente objetivo era Maastricht, de nuevo en Holanda. Siguiendo el río, ya sí que son 30 km de llano puro y duro pero con un fuerte viento en contra y en apenas 30 minutos todo el cielo estaba gris:

 

Estando cerca de Maastricht (25 km de casa) nos pilló una tormenta de la leche y es la primera vez que yo iba en bici con tanta lluvia:

​Y más o menos así fue ese domingo, una experiencia muy buena.

Y yo personalmente, me encuentro muy bien, el trabajo va bien, no hay mucho tiempo de bici pero aún así los findes salgo. Echo de menos salir con vosotros y picarme con todos. 

La gente de aquí es muy muy educada y amable, siempre están para echarte una mano. Son un poco distantes y eso se nota al saludarse y conocerse, pero bueeno!!! El clima, bueno en verano, se puede dormir mejor, pero cambia muy rápido, en un día puedes pasar por las 4 estaciones; la humedad es tremenda a diferencia de Madrid...basta con dar un paseo para sentir sudor jajaja...

Y las chicas guapas, son muy pocas, el resto son como la bicicleta de Ramiro, viejas y oxidadas :D :D :D :D
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