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Martes 2 de agosto de 2011: PEÑA CABARGA Y ESTRANGUADA.
78 kms. 1509 metros de desnivel. 4 horas, 20 minutos 18 kms/h de media.
A las 3:30 horas suena el despertador. Hemos quedado con Julio y Fausto en la salida de Valladolid a Palencia a las 6:30, en Casa Paco. Nos ponemos en marcha. Todo bien hasta pasar el túnel de Guadarrama. Se supone que una autopista de peaje debe estar en condiciones. El cabreo es mayúsculo. Continuos tramos en obras, con limitaciones de 80 kms/h que nos van retrasando. Me pregunto si me cobrarán el peaje completo en tales circunstancias. Vaya si me lo cobraron. Me indigné, que eso está ahora de moda. La chica del control me dio la razón. Me comprendía...pero ella era una mandada y tenía que cobrar la totalidad del peaje: 10,05 €. Qué cara tienen en Abertis. Pude poner una reclamación, pero no tenía tiempo para ello. Reanudamos la marcha y los cielos se abren. ¡¡ Qué forma de llover !! Llegué a circular a 60 kms/h de la cantidad de agua que caía. En resumen, llegamos a la cita a las 6:50.
Entramos en Cantabria y sigue lloviendo. Se nota que llovió mucho en julio porque Cantabria está verde, verde. Llegamos a Liérganes y sin dudarlo montamos las bicis. Caen unas chispillas, poca cosa. Manos a la obra. Las tetas de Liérganes son testigo de nuestra puesta en marcha:
Julio y Fausto pedalean contentos. Esta cita anual se espera como agua de mayo. La temperatura, ideal:
Entramos en Solares y me acuerdo de Ramón (tuercerradios). Por ahí andará:
Primera vista de Peña Cabarga. Por aquí comentábamos la desgraciada caída de Antón en la Vuelta del año pasado:
Sin dudarlo, nos lanzamos a por ella. Nos recibe con rampas de hasta un 14% en los primeros metros:
Durante los primeros tres kms, la pendiente se mantiene por encima del 10% casi siempre, con picos del 12% frecuentes:
Las vistas, algo ocultas por la niebla, comienzan a ser espectaculares:
Llega el descanso intermedio y Julio aprovecha para señalar hasta donde tenemos que subir. La fiesta no ha hecho más que comenzar:
El puerto avisa que lo que se nos viene encima es para echarse a temblar, pero vamos preparados:
Hay que subir piñones y bajar platos...pero a Fausto (maillot rojo) no le entra el plato pequeño (30) y no le queda más remedio que subir con 42x25, con sus 58 años. Es todo un campeón. Claro, que después de subir 20 veces diarias la cuesta (en tierra) de 300 metros al 15% que hay junto a su casa, en Pinillos de Polendos (Segovia), está más que preparado para doblegar este coloso:
Enseguida, Fausto se nos va hacia la cima como un campeón, sin sentarse. Julio también me saca unos metros. Yo aguanto bien, a pesar de tantos días de julio sin montar en bici. Las rampas superiores al 15% se suceden con frecuencia:
En esto que un coche se pone a mi altura y el conductor me pregunta todo serio:
- ¿Por favor, para Pinto voy bien por aquí?
- ¡¡¡Coño, Ramón, qué alegría verte por aquí!!! Menuda sorpresa la que nos dio tuercerradios. ¡¡Qué subidón en estas duras rampas!!
Aquí le tenéis, dándonos ánimos sin parar:
Pero, ¡qué veo!...Julio echó pie a tierra. Eso no vale amigo, eso no vale. Julio sube muy bien, pero las rampas extremas le hacen temer por una lesión y tiende a bajarse si lo ve mal:
En este punto decide montar otra vez, en tanto que yo me pongo a su altura, con las cabras de testigos:
Ya se ven las antenas. La cima está cerca y las cunetas atiborradas de aficionados animándonos en los últimos metros:
Julio se recupera y pedalea con vigor estos últimos metros:
...para coronar con elegría este primer CIMA de nuestra ruta cántabra:
...al igual que yo:
En la cima llevaban un rato conversando Ramón y Fausto. Poco después nos hacíamos esta instantánea para el recuerdo:
Una pena la niebla. No pudimos ver na de na. En el descenso había abierto un poco y pude captar esta vista de Heras:
...y esta otra de la bahía de Santander:
Ramón siguió atendiendo su trabajo (gracias por tu agradable sorpresa, amigo) y nosotros continuamos camino hacia La Estranguada:
Así de verde está Cantabria en las proximidades de Lloreda:
Primeras rampas de Estranguada, ascendiendo el alto de San Vicente, tras Lloreda:
Y una vez coronado el Alto de la Cruz, desvío y km más duro del puerto, por detrás y por delante:
:
Aquella señal del fondo debía marcar un disparate de pendiente. Mejor borrarla, para que no se asusten los visitantes y no se den la vuelta:
Desde aquí, la vista de las dos vertientes es muy buena (Coterillo a la derecha):
Y nosotros a lo nuestro, seguir ascendiendo este maravilloso valle:
...de un verdor sin igual:
De pronto, sorpresa agradable, ya que el firme mejora notablemente:
De las vistas del mirador, qué os voy a contar:
Y reanudamos la escalada. La cima estaba cerca:
Por un momento creí que la subida seguía por la derecha en lo que creía el final de la vertiente de Coterillo, al ver a mis compañeros tirar por allá. Pero se dirigían al cartel de Buru que ya habían localizado:
La foto de rigor con tu cartel, Buru, perfectamente ubicado por Ramón en esta roca. Le falta un tornillo que habrá que poner, no sea que se caiga alguno más:
El cartel:
El puerto desde la cima. Toda una clásica vista:
Fausto a punto de comenzar el descenso hacia Merilla, vertiente que también podría ser CIMA:
Parte final del descenso de la Estranguada, visto desde la carretera de Lunada:
Regresando a Liérganes por el precioso valle del río Miera:
Ya en Liérganes, se acercó Ramón desde Solares y compartimos unas frescas cervezas, en un agradable rato en el que no se habló casi nada de ciclismo (mi mujer aguantó lo que ni se sabe...):
Y una buena cena a base de pasta no podía faltar, para acopio de energías de cara a la dura jornada que se nos avecinaba al día siguiente con Lunada, Picón del Fraile, Caracol y...¡¡Collao Espina!!:
78 kms. 1509 metros de desnivel. 4 horas, 20 minutos 18 kms/h de media.
A las 3:30 horas suena el despertador. Hemos quedado con Julio y Fausto en la salida de Valladolid a Palencia a las 6:30, en Casa Paco. Nos ponemos en marcha. Todo bien hasta pasar el túnel de Guadarrama. Se supone que una autopista de peaje debe estar en condiciones. El cabreo es mayúsculo. Continuos tramos en obras, con limitaciones de 80 kms/h que nos van retrasando. Me pregunto si me cobrarán el peaje completo en tales circunstancias. Vaya si me lo cobraron. Me indigné, que eso está ahora de moda. La chica del control me dio la razón. Me comprendía...pero ella era una mandada y tenía que cobrar la totalidad del peaje: 10,05 €. Qué cara tienen en Abertis. Pude poner una reclamación, pero no tenía tiempo para ello. Reanudamos la marcha y los cielos se abren. ¡¡ Qué forma de llover !! Llegué a circular a 60 kms/h de la cantidad de agua que caía. En resumen, llegamos a la cita a las 6:50.
Entramos en Cantabria y sigue lloviendo. Se nota que llovió mucho en julio porque Cantabria está verde, verde. Llegamos a Liérganes y sin dudarlo montamos las bicis. Caen unas chispillas, poca cosa. Manos a la obra. Las tetas de Liérganes son testigo de nuestra puesta en marcha:
Julio y Fausto pedalean contentos. Esta cita anual se espera como agua de mayo. La temperatura, ideal:
Entramos en Solares y me acuerdo de Ramón (tuercerradios). Por ahí andará:
Primera vista de Peña Cabarga. Por aquí comentábamos la desgraciada caída de Antón en la Vuelta del año pasado:
Sin dudarlo, nos lanzamos a por ella. Nos recibe con rampas de hasta un 14% en los primeros metros:
Durante los primeros tres kms, la pendiente se mantiene por encima del 10% casi siempre, con picos del 12% frecuentes:
Las vistas, algo ocultas por la niebla, comienzan a ser espectaculares:
Llega el descanso intermedio y Julio aprovecha para señalar hasta donde tenemos que subir. La fiesta no ha hecho más que comenzar:
El puerto avisa que lo que se nos viene encima es para echarse a temblar, pero vamos preparados:
Hay que subir piñones y bajar platos...pero a Fausto (maillot rojo) no le entra el plato pequeño (30) y no le queda más remedio que subir con 42x25, con sus 58 años. Es todo un campeón. Claro, que después de subir 20 veces diarias la cuesta (en tierra) de 300 metros al 15% que hay junto a su casa, en Pinillos de Polendos (Segovia), está más que preparado para doblegar este coloso:
Enseguida, Fausto se nos va hacia la cima como un campeón, sin sentarse. Julio también me saca unos metros. Yo aguanto bien, a pesar de tantos días de julio sin montar en bici. Las rampas superiores al 15% se suceden con frecuencia:
En esto que un coche se pone a mi altura y el conductor me pregunta todo serio:
- ¿Por favor, para Pinto voy bien por aquí?
- ¡¡¡Coño, Ramón, qué alegría verte por aquí!!! Menuda sorpresa la que nos dio tuercerradios. ¡¡Qué subidón en estas duras rampas!!
Aquí le tenéis, dándonos ánimos sin parar:
Pero, ¡qué veo!...Julio echó pie a tierra. Eso no vale amigo, eso no vale. Julio sube muy bien, pero las rampas extremas le hacen temer por una lesión y tiende a bajarse si lo ve mal:
En este punto decide montar otra vez, en tanto que yo me pongo a su altura, con las cabras de testigos:
Ya se ven las antenas. La cima está cerca y las cunetas atiborradas de aficionados animándonos en los últimos metros:
Julio se recupera y pedalea con vigor estos últimos metros:
...para coronar con elegría este primer CIMA de nuestra ruta cántabra:
...al igual que yo:
En la cima llevaban un rato conversando Ramón y Fausto. Poco después nos hacíamos esta instantánea para el recuerdo:
Una pena la niebla. No pudimos ver na de na. En el descenso había abierto un poco y pude captar esta vista de Heras:
...y esta otra de la bahía de Santander:
Ramón siguió atendiendo su trabajo (gracias por tu agradable sorpresa, amigo) y nosotros continuamos camino hacia La Estranguada:
Así de verde está Cantabria en las proximidades de Lloreda:
Primeras rampas de Estranguada, ascendiendo el alto de San Vicente, tras Lloreda:
Y una vez coronado el Alto de la Cruz, desvío y km más duro del puerto, por detrás y por delante:
:
Aquella señal del fondo debía marcar un disparate de pendiente. Mejor borrarla, para que no se asusten los visitantes y no se den la vuelta:
Desde aquí, la vista de las dos vertientes es muy buena (Coterillo a la derecha):
Y nosotros a lo nuestro, seguir ascendiendo este maravilloso valle:
...de un verdor sin igual:
De pronto, sorpresa agradable, ya que el firme mejora notablemente:
De las vistas del mirador, qué os voy a contar:
Y reanudamos la escalada. La cima estaba cerca:
Por un momento creí que la subida seguía por la derecha en lo que creía el final de la vertiente de Coterillo, al ver a mis compañeros tirar por allá. Pero se dirigían al cartel de Buru que ya habían localizado:
La foto de rigor con tu cartel, Buru, perfectamente ubicado por Ramón en esta roca. Le falta un tornillo que habrá que poner, no sea que se caiga alguno más:
El cartel:
El puerto desde la cima. Toda una clásica vista:
Fausto a punto de comenzar el descenso hacia Merilla, vertiente que también podría ser CIMA:
Parte final del descenso de la Estranguada, visto desde la carretera de Lunada:
Regresando a Liérganes por el precioso valle del río Miera:
Ya en Liérganes, se acercó Ramón desde Solares y compartimos unas frescas cervezas, en un agradable rato en el que no se habló casi nada de ciclismo (mi mujer aguantó lo que ni se sabe...):
Y una buena cena a base de pasta no podía faltar, para acopio de energías de cara a la dura jornada que se nos avecinaba al día siguiente con Lunada, Picón del Fraile, Caracol y...¡¡Collao Espina!!:
"La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos."
Proverbio indio.
Hace mucho que no me retuerzo en las duras rampas de estos dos bichos y creo que ya toca. Hace una semana pasé por Heras y se me iban los ojos a las antenas. Lo pondré en objetivos. ;-)
ResponderEliminarHola Joseba, también echo de menos los puertos y las rutas del norte. Para junio de 2014 habrá una ruta para cerrar yo Cantabria, con la Collada de Brenes, Palombera y Fuente del Chivo. ¿Te animarás?
ResponderEliminarA Estranguada le tengo ganas por Coterillo. ¿Subiste tú por ahí?
Saludos.
Tú avisa y si estoy libre cuenta conmigo.
ResponderEliminarEstranguada lo he subido por las tres vertientes. Cantabria me queda cerca y soy visitante asiduo, jejeje