Participantes, 14:
Tomás, Antoñito, Jose Vicente, Jose Manuel Manquillo, Sanda, Gregor, Domínguez, Julián, Andrés, Juanma, Juan Carlos, Jose A. Puerma, Ramiro y Gorgonio. En Ciempozuelos apareció Domingo y por Rompecubas nos encontramos con Manolo Millán.
Mañana soleada, con algunas nubes y bancos de niebla en la zona previa a la subida de Las Liebres, que bajaron la temperatura hasta 3º. En cambio, tras ascender Ciempozuelos, la temperatura era ya de 14º.
De salida comandan la buena grupeta de hoy Julián y Jose Vicente, con un ritmo de calentamiento, 25 km/h, como debe ser. La cháchara es la protagonista de estos primeros kms. Nos encontramos con Puerma y Juan Carlos, que vienen de La Yesera, como otras veces. Bajando Ciempozuelos me pongo a tirar y subo un poco el ritmo, 30-32. Al poco se pone Antonio a mi lado y mantenemos el ritmo hasta que nos pasan Andrés y Tomás, que aumentan a 35, aún soportables. Pero estaba por aparecer Ramiro y llega a la cabeza con su arenga. La cosa se pone seria y se van con él Andrés, Tomás y Antonio. Yo no entro al trapo pensando que la grupeta viene detrás, manteniendo un ritmo más humano. Pero entramos en la niebla, miro para atrás y solo veo a Domínguez, que me pasa y sigue en busca de los escapados. Los demás no se ven. El gallego arroja la cuchara y se vuelve conmigo. Juntos tomamos el desvío hacia Las Liebres, y pasando sobre la A-4 vemos al cuarteto escapado en plena escalada, juntitos, con Antonio aguantando a cola de grupo. Me digo que qué fuerte está Antonio. Yo no hubiera aguantado. Me gusta que mi redactor-jefe esté en la pomada para contar las sensaciones en cabeza. Al poco de empezar la cuesta Domínguez se me va y me arrollan Puerma, Juan Carlos, el bombero, Jose Vicente y Juanma. Yo subo a mi ritmo. Por detrás, los Minaya y Julián. Se hace dura esta cuesta.
Coronamos y nos reagrupamos. Camino de Seseña aprovechamos la morralla para hacer escaramuzas en los puentes y poder chupar cámara un poco, a pesar de que algún capo nos llame al orden, jaja.
Vamos juntos por la circunvalación de Seseña. El castillo enfrente y el ritmo crece. Se descuelgan algunas unidades, entre ellas, sorprendentemente, Antoñito. No me lo esperaba. Pero esta vez decidió relajarse, supongo. Yo intento aguantar y no puedo. Se me van. Un poco después se descuelga Jose Vicente y pienso cómo irán para soltarle. Giramos por el camino rural. La próxima vez iremos rectos hasta Esquivias y luego a Borox, para no incumplir normas de tráfico. Juan Carlos y Ramiro, que siguieron un poco hacia Esquivias, me alcanzan. Ramiro va como guepardo tras un antílope. Quiere alcanzar a los de cabeza. Juan Carlos me ofrece su rueda y me pego a él. Alcanzamos a Jose Vicente y llegamos a Borox cerca de Ramiro. Luego llegan los demás. Es la parada y hace calor al sol.
Llegando a Esquivias desde Borox.
Llegando a Seseña.
Los demás lejos, a saco, y Jose Vicente cortado. Le cogemos empezando la cuesta de la circunvalación de Seseña y se nos une. Puerma tira a un ritmo muy fuerte. Se quedan los Minaya. Julián aguanta y da sensación de ir sobrado porque va hablando, jeje. Me digo que ya va mejor. Pero pierde una posición y se queda tras mí. Al poco cede y se queda. Puerma nos ha subido muy fuerte y mis pulsaciones han llegado a 178, pero he aguantado. Puerma se vuelve en busca de los Minaya y Jose Vicente y yo seguimos. Bajando La Reina vemos bajo el puente a Ramiro y Antoñito parados. Ramiro ha tenido un reventón a 60 km/h. Gracias a Dios no pasó nada. Esperamos abajo. Llegan los Minaya y Julián y sueltan que "ellos van tirando despacito", típica frase, jaja. Julián me plantea un poco después que a nosotros nos van a llevar con la soga y salimos también. Tomás con nosotros. Nos relevamos Jose Vicente y yo manteniendo 31-32, un ritmo majete. Se nos une Domínguez y nos cruzamos con el otro Domínguez, el de Pinto. Cuando enfilamos la cuesta de Ciempozuelos vemos a los Minaya y Julián por el puente del FFCC. Ritmo de caza, tarariiiii. Sanda se percata de la maniobra y salta del grupo de Julián y su hermano. Quiere coronar antes que nosotros, o al menos, antes que yo. Que malo es picarse, pero le gusta a uno. Pronto le pasan Domínguez y Tomás, antes del cruce del cementerio. Se me resiste, pero le voy recortando y él echando miradas con el rabillo del ojo para controlar. Tras el cementerio la pasa Jose Vicente. Yo le alcanzo cuando llegamos a la rotonda. No he podido hacer más.
Esperando en el cruce de la gasolinera llega Domingo. Los demás se presentan un poco después. Antoñito me ha echado de menos en Ciempozuelos, pero yo tuve "trabajo", compañero. Juntos llegamos a Rompecubas y aparece Manolo, ¡¡qué alegría, compañero!! Le espero, incomprensiblemente yo solo. De verdad que no os entiendo a los demás. Juntos subimos La Bola, comentando sus primeras sensaciones al montar en bici tras la operación. Me dice que viene de la Marañosa, sin llegar a subirla, y que ha disfrutado subiendo La Yesera sin agobios, a su ritmo. Le entiendo. Según me contaba, me recordaba mi primera salida tras mi operación, aquel 25 de julio de 2013. A la entrada de Valdemoro nos esperan los Minaya y nos tomamos una apetecible cerveza en La Chimenea, celebrando (algunos) el breve liderato del Madrid. Y cada mochuelo a su olivo. Y eso fue todo. ¿Cómo os fue a los demás?
Recuerdo que la próxima salida es a las 9:30.
PRÓXIMA SALIDA:
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DIA 02/02/2014 RUTA A COLMENAR DE OREJA
SALIDA: 9:30h.
KMS. 77
DESNIVEL: 549 m
PARADA: VILLACONEJOS
RECORRIDO:
VALDEMORO 0
CIEMPOZUELOS 10
TITULCIA 14
CRUCE DE MORATA 26
ALTO DE LOS MOLINOS 31
CHINCHON 36
COLMENAR DE OREJA 41
VILLACONEJOS 49
TITULCIA 59
CUESTA DE CIEMPOZUELOS 65
VALDEMORO (POR
CRUCE LA BOLA) 77
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DESDE LA ZAGA
ResponderEliminarBonita mañana, teniendo en cuenta el tiempo que ha hecho los últimos domingos. Bajo a la gasolinera de BP a darle un manguerazo a mi “Nicolás” antes de reunirme con el grupo. Así me voy despidiendo de ella…
En la parada del 3, Manquillo, José Vicente, Domínguez, Andrés y Tomás. Tras cinco minutillos, iniciamos la marcha, y a medida que avanzamos por La avda del Mediterráneo, vamos recogiendo efectivos: Sanda, Gregorio, Julián, Gorgonio, Rai. Al salir de Valdemoro, todos juntos a ritmo agradable, charlando.
Llegamos a Ciempozuelos e iniciamos la bajada. Gorgonio va unos metros por delante, así que adopto posición “albondiguilla” (es mi posición aerodinámica) y le alcanzo pronto. Llegamos abajo encabezando el grupo y giramos a la izquierda, hacia Las Liebres. Andrés y Tomás pasan a liderar y ponen un ritmo alegre que cada vez va a más. Pronto empieza a dejar de ser “alegre” para pasar a ser “desternillante” cuando Ramiro Cancellara se pone delante a tirar. La velocidad aumenta drásticamente. Es espectacular la facilidad que tiene para poner a la gente en fila. Me cuesta aguantar y dudo si soltarme o intentar seguir. Gorgonio me hace decirme rápido cuando elige no entrar al trapo. Pero Domínguez pasa para evitar el corte y me anima para que Ramiro, Tomás y Andrés no se vayan. Así que me levanto sobre la bici, aprieto fuerte y tiro yo también para enlazar. Paso a Domínguez y echo el resto para conectar con la rueda de Tomás. ¡¡Buff, necesito unos segundos para recuperarme…!!. Pienso que Domínguez ha cogido mi rueda, y que quizás también se haya animado Gorgonio. Pero cuando miro atrás, veo que voy el último de este cuarteto. ¡¡Joder, otra vez…!! ¡¡ Me meto en unos jardines…!! Os podéis imaginar el ritmo hasta el cruce de La Reina. Rara vez baja la cifra de 40 en mi velocímetro. Ramiro a tope, y Andrés dándole algún respiro de vez en cuando. Tomás y yo a rueda. Ni me planteo intentar relevar. De hecho, no sé cómo aguanto con estos… Pienso que me cortaré en el repecho que hay sobre la vía del tren. Pero me pongo de pie y hago rechinar todas las articulaciones de mi “Yerro” y aguanto el empujón. Cuando corono esta pequeña dificultad, parece que se me va a salir la patata por la boca… Menos mal que me recupero pronto, y en la bajadita encuentro otra vez el ritmo. Por esta zona, molesta un poco la niebla, pero van a ser pocos kilómetros. Al llegar al cruce, el día vuelve a ser claro.
Nos aproximamos a La Liebre, montando plato pequeño. Y ya que he llegado hasta aquí con estos, les pido que no aprieten mucho en la subida para no quedarme. Acceden de buena gana y subo con ellos hasta arriba. Allí esperamos unos minutos hasta que empieza a aparecer la gente.
Estoy satisfecho. Hace sólo seis salidas que transitamos por esta cuesta, y si no es por Sanda, Julián y mi plato de 30 dientes, me doy la vuelta antes de llegar arriba y me voy “pa´casa”. Hoy, con el 39x23 casi todo el tiempo y el 25 en la parte dura antes de coronar.
Grupo reunido y marcha hacia Borox entre baches, bobos en coche demasiado rápido y escarceos para coronar los puentes.
Cuando salimos del camino rural y accedemos a la carretera, la gente coge ritmo pronto. Yo voy hablado con Julián y Sandalio y cuando miro para adelante veo demasiado hueco. No pienso darme otro calentón, así que cubro los kilómetros hasta Borox a un ritmo perfecto para disfrutar de la bici y de la conversación al mismo tiempo. Por el camino recogemos a Gregorio y llegamos los cuatro juntos hasta Borox, donde Puerma sale a recogernos antes de entrar.
ResponderEliminarParada al solecito que se agradece. Reponemos fuerzas y reanudamos la marcha. El ritmo que he traído desde La Liebre hasta Borox, me ha servido para recuperarme bastante y tengo buenas sensaciones. Cuando giramos a la derecha en Esquivias, estoy atento para cuando las locomotoras rompan el grupo (que lo van a romper, de eso no hay duda…). Sucede pronto. Juan Carlos, Andrés, Manquillo, Domínguez, Tomás y Ramiro empiezan a elevar el ritmo progresivamente, enseñándose la rueda unos a otros. Intento resguardarme entre ellos y soportar como puedo los acelerones y los cambios de rasante (que es donde a estos “jodíos” les gusta tensar…). Miro para atrás y compruebo que no viene nadie más. Otra vez en un grupo en el que voy a sufrir… Pero sin sal y pimienta, el puchero está soso… Como digo, voy aguantando los empujones y un ritmo que no cesa de aumentar. No bajamos nunca de 35 en un terreno donde los repechos abundan. En uno de estos, Manquillo se pone de pie y cuando quiere nos va descolgando uno a uno. Ramiro se queda, y yo a los 100 metros. Ya no puedo ir. Veo por delante cómo los demás se esfuerzan por dar caza al bombero, pero eso ya me lo contarán… Relajo mis piernas y espero a que me alcance Ramiro, que se duele de su maltrecha “bisagra”. Si no es por su ciática, estos no se le van. Pero a mí me viene de perlas. Vamos a ritmo generoso, pero soportable mientras hablamos.
Iniciamos el descenso por La Reina y, a media bajada, oigo el reventón de una de las cámaras de Ramiro. Situación peligrosa. Íbamos a 60 por hora, y una cubierta que se sale de su sitio a esa velocidad, puede ser grave. Menos mal que todo quedó en un pequeño llantazo, un corte en la cubierta y una cámara nueva. ¡¡Y 20 minutos pa´cambiarla, Cancellara…!! La gente va pasando y continúa. Puerma para y se queda con nosotros y en el cruce, aguardan Juan Carlos, Manquillo y Andrés (¿y Tomás?: ahora dudo)
Proseguimos hacia Ciempozuelos, y pienso con recelo que hemos perdido mucho tiempo y que el grupo con el que voy pueda querer minimizar esa pérdida. “¡¡Estos me van a zurrar bien ahora…!!” –pienso. Pero me alivia ver que me dejan ir delante con Juan Carlos marcando ritmo. No nos vamos durmiendo, pero vamos a gusto y charlando.
Cuando llegamos al cruce de Ciempozuelos, tengo la esperanza de ver al grupo esperando en la glorieta, y así poder afrontar la última de la jornada con el Cronista Jefe. Pero ya han subido. Iniciamos el ascenso a ritmo tranquilo, pero Andrés rompe la calma. Da un fuerte latigazo al que Juan Carlos responde inmediatamente. “¡Me voy a por el niño!” –me dice. Y me deja como si yo estuviese sentado en el guardarraíl de la carretera… Ramiro lleva los riñones “pa hacer guiso con ellos”, así que se toma la subida con calma con Manquillo a su lado. Yo voy unos metros por delante a ritmo muy llevadero. En la gasolinera de Cepsa, de nuevo todos juntos.
Hacia casa. Saliendo de Rompecubas, nos cruzamos con Manolo Millán, al que saludamos todos. Pronto estará de nuevo en la pomada. He leído en la crónica de Gorgonio que Manolo se dio la vuelta para unirse y que no esperamos. Yo creo que la mayoría de la gente pensó lo que yo: que Manolo salía entonces para hacer algo cortito e ir tomando contacto de nuevo con la flaca, y que continuaría hacia Ciempozuelos. No se me ocurrió que volvía de su salida y que quiso unirse al grupo. Disculpas por la parte que me toca.
ResponderEliminarPasamos por la entrada habitual de Valdemoro y nos dirigimos a La Bola para completar los kilómetros y finalizar la etapa.
En definitiva, bonito día. Buena temperatura y sin viento. Además, mis sensaciones han sido buenas.
Y así es como yo lo viví, desde la zaga.
Ahí va la lectura del tigre de nuevo. ¡Joder! ¡No lo hago corto ni pa´trás!
ResponderEliminarBuenas tardes.
ResponderEliminarAntes de pasar a relatar con algunas pinceladas la etapa de ayer, quiero expresar desde aquí mi arrepentimiento por no haber esperado a Manolo. Sirva como escasa disculpa que pensé que iba a continuar y hacer algunos kms más, sobretodo cuando después del día de la reunión en La Chimenea comentó que aún no pensaba salir, pero reitero mis disculpas. ¡Lo siento Manolo!
Y después de esta sincera disculpa relato un poco lo que fue la etapa de ayer en los momentos en los que Gorgonio no estaba presente. A las 9:00, salíamos de Valdemoro Juan Carlos, Ramiro, Juanma y yo. Ritmo tranquilo (Juanma no era de la misma opinión,jajaja) hasta la circunvalación de San Martín, donde nos encontraríamos con una molesta niebla. Fila india para los cuatro y a rodar por el arcén. A medio camino de Ciempozuelos "zurriagazo" de Ramiro y se quedaron cortados primero Juanma y luego Juan Carlos. Ya en la rotonda de la subida de Ciempozuelos se nos unió Juan Carlos y junto con Ramiro, continuaron. Yo me quedé a esperar a Juanma. En la rotonda pinchó el tubular, y entre los dos conseguimos cambiarlo. Tras la reparación subimos Ciempozuelos. Nos cruzamos con el grupo justo en el sitio donde la carretera esta desdoblada. Tras la bajada y a poco de tomar la carretera de Aranjuez, alcanzamos al tercero de los grupos en los que se había fragmentado el grupo principal. Así llegaríamos a la base de Las Liebres. A partir de aquí lo que ya ha relatado Gorgonio. En la bajada de la Reina me paré a ayudar a Ramiro que junto con Antonio estaban parados reparando un pinchazo del primero. Tras la bajada nos esperaba Juan Carlos. De esta forma llegaríamos a Ciempozuelos, donde nos esperaban José Manquillo y Andrés. Juntos subiríamos Ciempozuelos, con Ramiro pasándolas "canutas" debido a un ataque de ciática. Después, lo ya relatado, con el penoso "plantón" a Manolo.
Saludos.
Yo tambien creia que Manolo salia a esa hora y por eso creia que iba hacia Ciempozuelos , por eso no le espere, vamos si lo llevo a saber no es que le hubiera esperado , es que le llevo en brazos, jijijiji.
ResponderEliminarSaludos.
Hoy salí a las 16:30, con 8º a la ida y 3º al regresar. Salieron 56,26 kms a 24,6 de media, algo baja, pero me pegó mucho viento de cara en determinados tramos, que hoy soplaba bien. Me sentí muy bien, con una sensación que yo llamo "de poderío", con la que siempre te sientes fuerte. Otro gallo me hubiera cantado si me aprietan. El recorrido algo raro: Ciempozuelos, Circunv. San Martín, San Martín, rotonda alta de Titulcia, cuesta de Ciempozuelos, La Bola, cruce del Hospital y casita. Total, 56,26 kms y 359 m de desnivel.
ResponderEliminarEn enero, 11 salidas y 675 kms acumulados.
Hoy no había cole y aproveché para hacer una ruta más exigente...a mi ritmo: Chinchón, Frascuelo, Ciempozuelos. Salí a las 11:00, con 12º, sol y nubes. En el 10% me pasaron, como alma que lleva el diablo, cuatro jovencitos. Uno iba de Astana entero. Increíble cómo subían. Me consolé a mí mismo pensando en mi edad y mi peso (ellos eran espátulas). Pensé en estos versos:
ResponderEliminarPedaleáis con soltura
y me pasáis con esmero,
yo rodé como rodáis
y rodaréis...como ruedo.
Bueno, ciertamente hay gente de mi edad que anda mucho. La clave sería perder algo de peso y entrenar más fuerte. Lo primero es posible, pero lo segundo...ya no me lo pide el cuerpo.
Poco después me crucé con Andrés y Juanma. El niño no para, ¿cómo no va a estirarnos el cuello? Venían haciendo el mismo recorrido que yo, pero al revés. Tras un poco de charla con ellos, continué, dándome el viento de cara al descender Los Molinos. Tras Frascuelo, parada en San Martín. Y camino de Ciempozuelos ma adelantan una chica y un ciclista de Parla. Me pongo a rueda. Al rato, ya cerca de Ciempozuelos, la chica tiene problemas con la cadena y afloja, momento en el que yo me pongo a tirar, para no ir siempre a rueda. No miro para atrás, y al llegar a la rotonda miro y veo que no me siguen. Pongo ritmo tranquilo empezando la cuesta. Pero enseguida me alcanzan, se me empieza a ir la chica y me digo que esto no puede ser (machismo puro y duro). Aprieto, pero llego a 170 pulsaciones y comprendo que está más fuerte que yo. Se me va y corona con medio minuto sobre mí. Al poco enlaza con su compañero, que la esperaba. Intento acercarme a ellos sin éxito y tras verles acercarse al puente de la A-4, ya nos les vuelvo a ver.
Me he zurrado bien. Han salido 67 kms y 627 metros de desnivel. Llego con 24,3 de media. Acabo enero con 742 kms. De las pocas veces que he pasado de 700 kms en enero.
Nos vemos el domingo. Saludos.
Eso es trampaaaaaa!! Entrenar es trampaaaaaa!! Así cómo no las voy a pasar putas luego!!
ResponderEliminarPor cierto Gorgonio, yo tengo una sobrina de 15 años que nos haría sonrojar a más de media grupeta. A mi, ya me zurró bien en una ocasión con la bici de montaña... Por supuesto, ese fin de semana, ni un euro para salir con las amigas.
Si vas a Colmenar en bicicleta por la Candelaria antes de comer bebe agua y cuando llegues a tu destino tranquilamente te puedes poner hasta las tranchas de asado de cordero (o cabrito) con patatas y ensalada; además de pan y vino aunque sea de Colmenar, que no es malo. De postre café y una buena siesta... Después me lo cuentas
ResponderEliminar"Para la Candelaria, hora y media larga", dice el refranero de mi tierra manchega-toledana refiriéndose al crecimiento del día respecto a la noche desde el solsticio de invierno. Colmenar, bella villa madrileña en la que paladear sus asados y sus vinos es un deleite para los sentidos. Pero ir desde Valdemoro en bici y dar buena cuenta de asados y vinos en sus ventas, es muy problemático para el cuerpo si luego has de volver en el mismo vehículo a Valdemoro. Y la siesta, ¿dónde? Hoy, ni paramos en Colmenar, que luego toca una bajada pronunciada, y si la haces tras quedarte frío en la parada, te puede dar un yuyu. Pero en coche, cuando queráis, amigos. Ya lo hemos experimentado Elvira y yo en alguna ocasión.
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