viernes, 15 de febrero de 2013

RUTAS CICLISTAS DEL SUR MADRILEÑO.


Abro este hilo para dar a conocer las múltiples rutas que nos ofrece el sur de la Comunidad de Madrid. Llevaba mucho tiempo con esta idea y quiero hacerla realidad. Espero que os guste.
Estreno el tema con una ruta corta, pero atractiva.
RUTA A ARANJUEZ.

La idea era fotografiar la belleza del paso otoñal de Aranjuez y volver rodeando el Real Cortijo de San Isidro hasta el Puente Largo del Jarama, pero me quedé sin batería en la cámara de fotos al llegar a lo mejor del recorrido: Los Jardines del Príncipe. Continué hacia el Cortijo de San Isidro, ya sin posibilidad de tomar fotos. Una pena, porque la tarde otoñal  era excepcional. La ruta tiene 65 kms si contamos el regreso. Vamos a ello.
Salimos de Valdemoro hoy martes 6 de noviembre, cuando las lluvias nos dan una tregua. La tarde, soleada, invita a disfrutar de la bici. La temperatura es de 15º, 9º al regresar a casa. Si salimos hacia el valle del Jarama, nos encontramos el cruce de la A-4, siempre con denso tráfico, donde hemos de extremar las precauciones. Bajo el puente de la A-4, al fondo, murió un ciclista hace dos años, por meterse bajo el puente junto a un camión con remolque:
Al bajar la cuesta de Ciempozuelos se me pone rojo el semáforo. Cumplimos con las normas de tráfico y aprovechamos para sacar alguna instantánea. Esta cuesta tiene 1,8 kms al 4,5%. Aunque no parece más que una tachuela, suele ser el final de las salidas dominicales de mi club y se hace dura, o la hacemos dura. He llegado a ver en mi pulsómetro más de 180 pulsaciones en alguna ocasión, por no querer quedarme de la grupeta delantera. Curiosa es la inversión térmica que se produce al bajarla, con un descenso de 3º por las mañanas:
Pequeñas choperas, vistiéndose con los colores otoñales, se asoman a mi paso para saludarme:
Nos dirigimos a Aranjuez por la carretera M-307, rodando por el valle en el que el río Jarama busca el encuentro con el Tajo. Alcanzamos el cruce de la carretera que sube a Ciempozuelos por el sur. Esta carretera, tiene una corta y dura subida llamada Cuesta Alta por los de Ciempozuelos, y conocida como Cuesta del Burro por nosotros, de tan solo 0,9 km, pero con 90 m de desnivel, lo que da una media del 10% y rampas de hasta el 16%. Una pequeña trampa para quien la desconozca, como Ixma, Buru y Louis, aquel lejano día de 2004 o 2005 en que nos conocimos, en lo que fue la primera quedada APM de la historia, que yo sepa, con los ínclitos Gamísevic y Villapalacios presentes. Vaya sorpresa les metí al final:
Desde este mismo cruce, apreciamos en el lado opuesto la villa de Titulcia, donde se unen los ríos Tajuña y Jarama. Se aprecia el puente nuevo, de reciente construcción. Al fondo, en lo alto del páramo, se distingue la urbanización de Nuevo Chinchón, hasta cuya cima subimos de vez en cuando en bici, y desde la que se ven unas vistas increíbles de gran parte de la Comunidad, así como de la capital. Algún día la visitaremos. Y detrás se ve perfectamente Chinchón, a 20 kms de donde está tomada la foto:
A nuestra espalda queda la carretera que traemos desde Ciempozuelos, con los maizales de la vega a punto de ser cosechados. Lástima de la hormigonera. Sin duda sobra en esta foto:
La infinita llanura se extiende ante nuestra rodada. El viento es favorable y pedaleamos a buen ritmo. El gran Gamoniteiro, el amigo Pedro, se quejaba amargamente de estos llanos interminables:
Allá al fondo podemos apreciar la inconfundible silueta de la hacienda de Palomo Linares, en aquel esquinazo con árboles sobre el valle. Allí se encuentra uno de los muros más duros de este corredor del Jarama, la Cuesta del Palomo (en honor al torero), de tan solo 0,6 km y rampas del 18%. Si logras coronarla, llegarás a la puerta de la finca del torero, y si tienes suerte, no te saldrán los perrazos a darte la "bienvenida", obligándote a salir cagando leches de allí:
Estamos atravesando el puente sobre el FFCC Madrid-Cádiz. Desde aquí apreciamos que dejamos momentáneamente la Comunidad de Madrid para entrar en la provincia de Toledo, jugueteando con ese rabillo gracioso de la comunidad madrileña del que salimos y entramos más de una vez. Al fondo el renombrado cruce de la Reina:
El cruce se denomina así por estar al lado la Cuesta de la Reina, lugar en el que paraba a descansar la esposa de un Borbón en sus viajes al palacio de Aranjuez; de ahí su nombre, según creo, que no estoy seguro:
La Cuesta de la Reina, de 1,2 kms, encierra también dureza para subirla a ritmo vivo, con un 7% constante que te deja hecho un trapo si no quieres descolgarte de la grupeta:
Recorremos ahora el tramo de carretera desde el Cruce de la Reina al Puente Largo sobre el Jarama. Este tramo solo tiene tres carriles, de los que dos son sentido Madrid. Pero hace años, el carril central era de doble sentido. Le llamaban el carril de la muerte. Imaginad por qué:
Y volvemos a entrar en Madrid, como si jugáramos al gato y el ratón. Cruzamos el Puente Largo, llamado así por su longitud, lógico, ¿no? Solo tiene un carril en cada sentido, sin arcén, por lo que hay que llevar mucho cuidado al atravesarlo:
El Jarama no va muy crecido aún. Pero en primavera, esos postes de madera que se aprecian en la parte izquierda, quedan cubiertos por el agua:
En esta imagen se aprecian mejor los postes de madera, probables restos de un puente anterior:
Otra imagen del Jarama, con el fértil valle que riega:
Saliendo del puente, por la izquierda apreciamos a lo lejos, de nuevo, la población de Titulcia. Existe una ruta de MTB (se ve en la foto, a la derecha) que recorre el río en el sentido que se ve en la foto, muy frecuentada por beteteros:
Puente Largo. Al fondo, la villa de Seseña Nuevo (Madrid), sobre el valle:
Nos acercamos a Aranjuez a través de la antigua A-4, por la zona de los concesionarios de coches. Ya solo nos quedan 5 kms totalmente llanos, cómo no:
La vegetación crece. Ciertamente, Aranjuez es un paraíso natural. No fueronn precisamente tontos los Borbones cuando se construyeron el palacio de invierno en Aranjuez y el de verano en La Granja de San Ildefonso. La huella de los Borbones ilustrados se aprecia por todas partes, en la arquitectura, jardines, los grandes paseos  guardados por enormes filas de chopos, plátanos... Siempre me impresionó el tamaño de los árboles de Aranjuez:
Una escultura de Fernando VI, obra de Santiago Bonavía, nos recibe entrando en la ciudad:
A partir de aquí, cualquier ángulo es bueno para disparar. El Tajo y el palacio:
El conocido hotel-restaurante El Rana Verde. Siempre me llamó la atención esa falta gramatical:
Fuente de Hércules y Anteo, en el jardín del Parterre:
Sus grandes avenidas, su botoso pavé (que me pone de mala leche):
Plaza de la Iglesia de San Antonio, tocada con las mejores galas del otoño:
La Avenida del Palacio, con el Jardín del Parterre a la derecha:
Por último, la entrada al Jardín del Príncipe:
...y fue entonces cuando se me acabó la batería. La bellísima Calle de la Reina, iluminada con los últimos rayos vespertinos, con esa explosión de colores que nos ofrecen las hojas en su vejez, y la Carretera de Colmenar de Oreja, parajes que parecen transportarte al norte de España, quedaron impresos en mi retina, no así en la cámara. Una pena. Pero sacaré otra tarde soleada para ofreceros ese espectáculo natural. Queda dicho.
Tuve que arrear para no llegar de noche a Valdemoro. Lo hice subiendo la Cuesta del Burro, para alejarme del tráfico, ya que se estaba poniendo el sol.


"La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos."
Proverbio indio.

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