viernes, 5 de abril de 2013

RUTAS CICLISTAS DEL SUR MADRILEÑO - III



RUTA A CHINCHÓN Y COLMENAR DE OREJA -  3/02/2013
El pasado domingo día 3 de febrero hicimos en Valdemoro una ruta que no hubiera pasado de lo normal si no fuera porque llevábamos un pasajero de lujo. Nada menos que el líder del CIMA. Javier estaba unos días por los madriles y tuvo el detalle de acercarse a pedalear con nosotros, y yo, orgulloso de llevarle en la grupeta. El recorrido transcurrió por Chinchón, con la subida a Los Molinos-Chinchón, Colmenar de Oreja, Villaconejos, Titulcia y Ciempozuelos:
Quedábamos en la Glorieta del Universo a las 10:00 horas. Allí nos retratamos con la figura del Astronauta, que da nombre a esta rotonda, nombre más usado por la población de Valdemoro (rotonda del astronauta):
Tras bajar al valle del Jarama, pasamos por la confluencia del Jarama y el Tajuña y nos metimos en el valle de este último, camino de Morata de Tajuña:
La grupeta de Aranjuez nos pasó como una exhalación. Ramiro y Domínguez se pusieron a rueda pero los demás seguimos a nuestro ritmo, más tranquilo, calentando motores para la primera subida del día, que se acercaba:
Morata de Tajuña aparece al fondo, a la derecha del tejado de la Alcoholera de Chinchón:
Pasamos el Tajuña y nos acercamos a la subida de Los Molinos, que encadenada con la de Chinchón nos ofrece 6 kms de escalada al 5%:
El fértil valle del Tajuña, que nace cerca de Maranchón (Guadalajara):
Primera herradura de Los Molinos:
Inicio de las hostilidades:
Vista del valle, con la carretera que traíamos. A la derecha está Morata de Tajuña. Al fondo, el cerro del Pingarrón, escenario de sangrientas escenas bélicas de la Guerra Civil, que pasó a manos de uno y otro bando varias veces en poco tiempo:
Y otra vista del valle del Tajuña y la ascensión recién empezada, con la urbanización Vallegrande de Seseña al fondo, ya cerca del valle del Tajo:
Hemos coronado el primer tramo, conocido como Los Molinos. Ahora hay una agradecida bajadita, antes de comenzar la definitiva ascensión a Chinchón:
Abriendo el plano, podemos apreciar algunos edificios de Chinchón al fondo:
Primera rampa seria y el amigo Elgolfo que baja a ver qué ha sido del fotógrafo. Yo no puedo ir con cámara en grupeta. Debo hacerlo solo, porque me paro una y otra vez y la gente se desespera. Me decía Javier que el fotógrafo debía ir delante para sacar caras, no culos. Le ofrecí la cámara, pero no quiso. Mi gozo en un pozo, porque pensaba ganar de una vez por todas en el concurso de fotos, con Elgolfo al mando de mi cámara, jajaja:
Un servidor llegando a Colmenar de Oreja, por gentileza de mi buen amigo Rai:
Jose Vicente y Julián entrando en Colmenar de Oreja:
Parada en Villaconejos para reponer fuerzas:
Fotografiándonos con un jubilado:
En el descenso de la Cuesta de Villaconejos hacia Titulcia, a 50 km/h, con una mano en el manillar y la otra con la cámara, accionando el zoom, me jugué el tipo para sacar esta imagen con la sierra madrileña nevada al fondo y el inconfundible perfil de los edificios más altos de Madrid en el horizonte. Se aprecia muy bien el macizo de La Pedriza:
Con la villa de Titulcia al fondo y la Bola del Mundo totalmente cubierta de nieve:
Elgolfo ante Titulcia. Al fondo, Ciempozuelos, sobre el valle del Jarama:
Subiendo el último escollo del día, la Cuesta de Ciempozuelos. Por aquí pasó Germán Nieto en la Vuelta del 99, escapado, con 12 minutos. El pelotón le cogió por Humanes de Madrid, unos 25 kms después, y a escasos 15 kms de meta, tras una escapada de 200 kms. Para su director de equipo, Maximino Pérez, Nieto ascendía "el repecho" de Ciempozuelos. Subía con plato grande, a 26 km/h. El pelotón subió a 32. Para nosotros, este"repecho" de 1,8 kms al 4% es una tortura al estar situado al final de nuestras salidas y haber casi siempre guerra en este punto:
Llegando a Valdemoro:
Finalmente, la taberna La Chimenea nos ofrece el relax y la tertulia tras la etapa, con una cerveza cuyo primer trago no tiene precio:
Una salida hermosa, sí señor. Gracias por acompañarnos, Javier.


"La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos."
Proverbio indio.

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