domingo, 27 de septiembre de 2015

Pelliceira y Pozo de las Mujeres Muertas - 20/09/2105





 Para el recorrido de este tercer y último día en Asturias nos desplazamos desde Cangas de Narcea en coche hasta San Antolín de Ibias. Las dificultades del día son la subida a la localidad de Pelliceira y el puerto de Pozo del las Mujeres Muertas, curioso nombre (quien quiera saber su origen pinche AQUÍ). Como novedad vamos a exponer las altimetrías de dichas subidas que hemos tomado de la Web Altimetrías de Puertos de Montaña.com, sección reto CIMA:

 
 Pelliceira es una subida  de coeficiente 378, tan solo superado en Asturias por el Angliru, Gamoniteiro y Pajares-Cuito Negro. Tiene cuatro kms durísimos centrales que nos van a poner a prueba, para los que deberemos ir preparados con los desarrollos adecuados.

 
Pozo es un puerto de paso, con coeficiente 215 por San Antolín, con un final muy duro tras los kms de desgaste anteriores. Tiene dos vertientes más: la de San Martín de Valledor, de coeficiente 203 y la de Monasterio de Coto, cuyo coeficiente desconozco.
Entre ambas subidas sumamos 593 de coeficiente, que para 73 kms suma 2300 metros de desnivel, una cifra considerable.

La vertiente del Pozo de las Mujeres Muertas, por Monasterio de Coto, la hicimos en coche tras salir de Cangas, parando a hacer algunas fotos y tirando otras desde el coche. El puerto comienza en Monasterio de Coto, que es esta localidad:

 La parte central tiene tres kms muy duros, al 9-11 y 10% de media, con rampas del 14%:

 Ya se vislumbra el final del puerto:

 Y se corona en este punto. Al fondo, la vertiente ascendida:

 Paramos un momento en la cima y fotografié el valle de la vertiente de San Martín de Valledor, que se encontraba cubierto por la niebla:

 También estaba cubierta por la niebla gran parte de la bajada a San Antolín. Ya en San Antolín sacamos las bicis y compruebo con preocupación el estado de mi cubierta trasera. Son las consecuencias de asfaltos tan ásperos como el de Siero. Por ello, Julio me presta una cubierta nueva y hago la etapa con tranquilidad:

 Nos hacemos la foto de salida con Ramón, que nos invitó a irnos a vendimiar, pero no logró convencernos:

 Nos ponemos en marcha hacia Cecos y llegamos al cruce del Connio. Fausto y Julio pasan del CIMA y no quieren ni oir hablar de Pelliceira, decidiendo hacerse el Connio por esta vertiente. Yo continúo de frente, dirección Degaña, y me encuentro con tres duros kms, al 10, al 9 y al 7, con los que sudo ya de lo lindo:

 A mi izquierda queda el valle del Connio:

 Alcanzo Boiro y pregunto a un motorista para asegurarme que voy bien. Me dice que ahora hay una bajada y enseguida, a la derecha la carretera de Pelliceira, y que lo voy a pasar muy mal:

 Tras pasar Boiro saco esta foto. Ahora sé que Pelliceira está al otro lado de la montaña sobre la copa del árbol grande:

 Llego al cruce tras medio km de bajada y me meto en una estrecha carretera, con pendiente fortísima y totalmente a la sombra. Se aprecia el rail quitamiedos en la foto:

 Meto el 30x29 y...paciencia piojo, que la noche es larga. Al principio hay algunas herraduras:

 Y rampas durísimas cercanas al 20%:

 Me acuerdo de Miguel y su relato de subida rodeado de mosquitos. Los llevo revoloteando por todas partes. Se me plantan en la nariz y gafas con descaro. Curiosamente pillo a uno en esta foto:

 Boiro ha quedado muy abajo y apenas he subido un km y medio de este tramo infernal:

 Alcanzo Folgueiras de Boiro, que me da un pequeño respiro:

 Y continúo la escalada con rampas que no me dan tregua:



 Dejo atrás el tramo duro y entro en una parte más humana y con tramos casi llanos:

 Y oteo el horizonte con ansia de ver el pueblo de una vez. Por fin aparece el pueblo a lo lejos:

 En esta parte se disfruta del espacio abierto, tras tanto sufrimiento, e imagino, como otros compañeros que ya estuvieron por aquí, que las sierras de la derecha serán los Ancares:

 Observo que para llegar a Pelliceira hay que bajar y me digo que con dar la vuelta aquí es más que suficiente, pero el cartel está allí. Pues para abajo:

 Alcanzo la localidad y callejeo un poco por sus avenidas, en las que se ven casas que me llaman la atención por su buena arquitectura:

 Y me hago la foto oficial para la que bajé:

 En el descenso saco alguna imagen de lo que no veía al subir:

Y me junto con mis compañeros en el mismo cruce en el que nos separamos. Desde allí regresamos a San Antolín y comenzamos la ascensión al Pozo de las M.M. Tras un km de descenso, que luego habrá que subir, alcanzamos el puente sobre el río Ibias, punto donde empieza el puerto:

 ...que nos recibe con dureza desde el principio:

 Pero luego suaviza mucho, hasta casi llanear, y nos ofrece una preciosa vista del trazado que subiremos:

 Tras una bajada al 10%, que nos esperará pacientemente hasta nuestro regreso, se ve al fondo el reinicio de la escalada, con rampas de casi el 10%:

 Hace calor. Estamos en las horas centrales del día y llegamos a ver los 35º. No me he dado cremita y se me está tostando la nariz. Casi huelo a asado. Fausto se nos ha ido, con su pedaleo de gateo sin descanso, como a él le gusta. Alcanzamos Seroiro y la pendiente se sitúa de nuevo con dos dígitos:

 Para volver a suavizar durante dos o tres kms y ofrecernos toda la parte final a la vista:


 Quedan tres kms, los más duros. Hace calor y la pendiente nos atiza sin piedad:

 Paro a coger una piedra para mi hija. Siempre me pide una piedrecilla de algún puerto por los que paso. Julio me dice que la coja arriba pero...¿y si no hay? Creo que el cuerpo me pedía unos minutos de respiro, jeje. Julio sigue y se aleja de mí:

 Duro final. Hago eses bien amplias, que la carretera se presta a ello y no pasa un coche. Fausto anda ya por el cortado final del fondo:

 Estoy coronando y echo un vistado a lo ascendido:

 Los espectadores nos prestan poca atención. Claro, sin demarrajes, poco espectáculo damos. Aburrimos hasta a las vacas. Qué envidia me dais, truhanas, ya me va pidiendo el cuerpo descanso:

 Primer alto conseguido:

Final de la vertiente de San Martín de Valledor:
 
 
 Y foto oficial en el cartel:

 Al volver fotografío el valle de San Martín, que esta mañana estaba cubierto por la niebla:

 Y en el descenso, paro y saco una instantánea de la zona de Seroiro:

 Y la rampa al 10% que nos está esperando:

 Y final de la etapa:

 Metemos todo en los coches y nos acercamos a un bar en el que damos buena cuenta de unos bocatas de lomo con queso sabrosísimos, y sus correspondientes birras. Luego partimos para Madrid por la carretera de Degaña, muy bonita e interesante de recorrer en bici, como veis en la foto:


 Y se acabó la estancia asturiana, corta pero intensa. El año que viene habrá más. Seis cimas al zurrón, y algunos de mucho coeficiente hacen que volvamos más que satisfechos.
Espero que os haya gustado el reportaje. Gracias por pasaros por aquí.

5 comentarios:

  1. Evidia pura, Gorgo. Magníficas fotos. Entorno espectacular. Me ha encantado Pelliceira, con esos rampones y ese asfalto descarnado que siempre añade dureza a las ascensiones. Valvaler tiene el aspecto de esos puertos abiertos que no dan sensación de pendiente, pero en los que tus piernas y los desarrollos que debes usar te dicen todo lo contrario. Genial. Lo dicho: jamás te perdonaré que nos hayas mandado a esa marcheta de Jubilautas mientras tu te inflabas a comer trufas!! Jamaaaaaás!!

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  2. Jajajajaja, amigo Antoñito, me acordé mucho de vosotros. Igual montamos algún día una ruta por estos parajes, aunque Pelliceira y Siero no creo que entusiasmen a toda la grupeta. Una buena ruta sería Cangas, Pozo MM, Connio, Cangas y subida al Santuario del Acebo para los valientes. Un rutón.

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  3. Viaje contado estupendamente, Gorgonio. A mi todo esto es la zona asturiana que menos me gusta con mucha diferencia, un pequeño adelanto de lo que viene luego en Lugo.

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  4. Eso pensaba yo, que no me iba a gustar, pero me ha sorprendido. De todas formas, Asturias sorprende a un castellano por todas partes. De Lugo conozco Los Ancares, Cruz de Meira y Hospital (Lagoseca), y todo eso no me parece más bonito que la zona de Cangas de Narcea.

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  5. Tercera gran etapa del Triptico asturiano. Se ve que habéis disfrutado de lo lindo. Ya quisiera yo poderme escapar aunque solo fuera una vez al año para hacer este tipo de vacaciones-ciclistas. Lo dicho...mucha envidia.

    Un saludo. David.

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